Un comentario muy ilustrador, sobre como de poeta laureado, algunas personas involucionan a mercenarios contra su patria.
José Manzaneda*
Raúl Rivero es, para la gran prensa española, uno de los iconos de la “disidencia” cubana. En 2004 fue detenido y condenado en la Isla por la recepción de fondos del Gobierno de EEUU en pago a su labor de propaganda contra el Gobierno cubano (1).
Durante años, Rivero fue una de las personas de confianza de la oficina diplomática de EEUU en La Habana (2). La fórmula empleada para el pago de sus servicios eran las subvenciones de la USAID (Agencia de Cooperación Internacional de EEUU) al portal Cubanet, de Miami, que a su vez hacía llegar el dinero a Rivero a través de tarjetas Transcard de Canadá (3). Trabajar para una superpotencia extranjera que, además, bloquea al país, es un delito grave, contemplado en el código penal de cualquier país del mundo (4). En Cuba, por supuesto, también.
Los grandes medios, sin embargo, insisten en describir a Raúl Rivero como un simple periodista perseguido, en el pasado, por sus escritos, y silencian intencionadamente su colaboración remunerada con el Gobierno norteamericano (5). En esta línea, los medios han censurado una reciente información que corrobora lo anterior. Una investigación titulada “Reporters for Hire” (reporteros de alquiler), realizada por miembros de las organizaciones civiles de EEUU Sociedad para la Fundación de la Justicia Civil y el Comité Nacional para la Liberación de los Cinco Cubanos, pone al descubierto 2.200 páginas de contratos y documentos de pago del Gobierno de EEUU a periodistas, por trabajos de prensa, televisión y radio afines a la política estadounidense contra Cuba (6).
Uno de los periodistas remunerados que aparecen en el informe es Raúl Rivero, que recibe desde hace tres años cuantiosos fondos de Radio Martí, perteneciente a la Oficina de Transmisiones hacia Cuba, del Gobierno de EEUU (7).
Recientemente, en abril de 2011, un documento del Departamento de Estado, lo decía a las claras: “Hemos entrenado (desde el Gobierno de EEUU) a cientos de periodistas (de Cuba) cuyo trabajo ha aparecido en las principales agencias de noticias internacionales” (8).
Recordemos que Raúl Rivero, tras cumplir año y medio de prisión en Cuba, se trasladó a Madrid. Hoy trabaja para el periódico de la derecha española El Mundo (9), y ha ocupado, además, el cargo de Director del Foro para la Inmigración de la Comunidad de Madrid, por nombramiento de su presidenta Esperanza Aguirre, del Partido Popular (10).
En 2007, el diario El País, al entregarle el Premio Ortega y Gasset de Periodismo, dotado con 15.000 euros, argumentaba la concesión en “la tenaz lucha por la libertad de prensa en Cuba emprendida por el periodista y poeta Raúl Rivero” (11). Algo bien distinto a la opinión del presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), Juan Carlos Caamaño, cuyas palabras, desaparecidas de los grandes medios a pesar de ser el representante de miles de periodistas del continente, no pueden ser más clarificadoras: Raúl Rivero no puede ser condiderado un “profesional de la prensa”, sino un “asalariado de una potencia extranjera” (12). (Tomdo de Cubainformación)
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