A 32 años de la impactante salida de su libro, que ganó en 1987 el Premio Casa, Carlos Tablada ha presentado en La Habana la edición 38. Entre recuerdos, evaluaciones actuales y música de Silvio Rodríguez, el economista cubano retoma emocionado criterios que nunca han dejado de ser controversiales.
Este junio Che Guevara volvió a La Habana.
En la foto: Carlos Tablada. Autor de El pensamiento económico del Che Guevara
Para celebrar su cumpleaños 91, el guerrillero que nunca envejeció, se nos apareció, con su letra menuda, pero inteligible, con la revelación, por parte del Centro de Estudios que lleva su nombre, de una carta que él le escribiera a Fidel en marzo de 1965, sobre la pertinencia de enjuiciar constantemente la práctica socialista, para evitar los costosos errores que sobrevendrían muchos años después de su tránsito a la eternidad.
Al mismo tiempo que el hecho desataba una ola de comentarios en las redes sociales, reaparecía en empaque de libro, el enjundioso ensayo que 32 años antes había sacudido con similar intensidad los ámbitos académicos: El pensamiento económico del Che, de Carlos Tablada.
Un joven y brillante historiador, Elier Ramírez Cañedo, presentó esta edición 38 del libro de Tablada, resaltando su deslumbrante vigencia y me hizo recordar, de golpe, la primera vez de aquel libro, que ganó el premio Casa de las Américas y centró los debates de un evento internacional, organizado en Cuba en 1987.
¿Cómo recordaría el autor, aquellos acontecimientos?, me pregunté y salí a buscarlo. Casi exactamente como 32 años antes, lo encontré en un espacio pequeño y prestado, lleno de revistas y libros como entonces. Y recordamos:
“El libro ganó premio de Casa de las Américas en febrero de 1987 y el 8 de octubre de 1987 en Pinar del Rio, en el acto por el Aniversario 20 de la caída del Che, Fidel habla y hace un llamamiento a nuestro pueblo y al mundo a hacer un estudio del pensamiento del Che. Hace una crítica de todo el proceso de implantación del sistema soviético en Cuba y dice lapidariamente: Si el Che hubiese estado aquí nos hubiera dicho: ¡Yo lo dije! ¡yo lo advertí!
“Es ahí, en ese discurso, cuando él recomienda mi libro y le pide a todo el mundo que lo estudiara. Lo que más me impacta todavía es encontrar a combatientes de Cuito Cuanavale que me cuentan que en 1988, unos meses después, entre combate y combate en sus círculos de estudio político estudiaban mi libro del Che.
“Fidel había llamado a usar El Pensamiento Económico del Che, no para aplicar de forma a histórica las fórmulas que se utilizaron en la década de los ´60, sino precisamente para tener en cuenta lo que el Che había dicho que si se aplicaba en Cuba el modelo soviético iba a haber resultados negativos, que en definitiva fueron los que provocaron que hubiera que hacer un proceso de rectificación.
AR: Eso es muy interesante, porque para algunas personas, el Proceso de Rectificación fue consecuencia de la Perestroika, en el sobrentendido de que desde el ´85 Gorbachov había comenzado su política de cambios. Pero son muchas las diferencias entre ambos procesos.
CT: Totalmente. El problema fue que la Revolución Cubana, el Asalto al Moncada fue ya una gran herejía histórica. Nadie podía concebir que a 180 km de las costas norteamericanas se pudiera hacer una Revolución socialista. El partido de mi papá, el Partido Socialista Popular, publicó que aquello había sido un golpe puchista. El Siglo, el periódico del órgano del Partido Comunista de Chile publicó que eran unos terroristas quienes habían asaltado el Moncada, no comenzaron a comprender hasta el año ´58 la herejía de la Revolución cubana, de los moncadistas, de los que vinieron en el Granma, de los luchadores del Llano, de la Sierra, de Girón, ni a los cien mil alfabetizadores Conrado Benítez, ni a los que fuimos a las montañas; no entendieron lo que pasó en la Crisis de Octubre. Y ahí está la Revolución.
Debo decir que el Che era incluso un fan de la Unión Soviética. Cuando él conoce a Ñico López en Costa Rica, después en Guatemala y cuando conoce a su gran amigo Raúl Castro, que es quien lo lleva a conocer a Fidel, él estaba pensando ir a Paris y luego a Moscú.
AR: De hecho, él pide libros a Leonov, el amigo de Raúl, cuando van juntos a visitarlo en la embajada soviética en México.
CT: Exactamente. Hay dos cosas que impactan al Che y empiezan a cambiar su forma de ver: uno cuando todos caen presos por una delación en México. El único que queda preso es el Che, que le dice a Fidel: “váyanse que los van a apresar”. Fidel le dice: “yo no te dejo, tú te vas con nosotros”, el Che insiste “váyanse” y Fidel le responde “No, yo te saco, tú vienes conmigo”.
El segundo acto que impactó al Che fue en el Granma, bajo la tormenta, cuando quedaba combustible para una hora, se cae Roque al agua y empiezan a buscarlo, y el capitán de la embarcación le dice a Fidel “tenemos combustible para una hora, no sabemos dónde estamos”, Fidel responde, “lo buscamos, lo encontramos o nos hundimos todos aquí en el Golfo”.
Luego, en la batalla de La Plata están heridos los soldados de Batista y los nuestros, el Che era el médico, comienza a curar a sus compañeros y Fidel le dice “haz una selección y olvídate si es de Batista o si es un soldado nuestro, primero los más graves, no importa del bando que sea”. Esa humanidad lo hace estudiar a Martí, a Céspedes, a Guiteras, a Mella, a Roa, y va descubriendo las esencias del socialismo cubano en las propias ideas de Fidel Castro, descubre que la Revolución Cubana hizo un cambio cualitativo con relación al socialismo real.
“No tiene sentido ninguna acción humana, económica, política, social, si no va dirigida al mejoramiento humano. El Che, que fue el primer dirigente cubano en visitar el campo socialista, comienza a detectar que eso no lo tenía el modelo soviético.“Así el Che llega, no sólo a pronosticar, sino a demostrar por qué la Unión Soviética y el campo socialista, iban el capitalismo, iban a desaparecer. Esa es una gran “herejía”. Fidel y el Che “están locos” diciendo eso en el ´65, pero desgraciadamente pasó. Carlos Rafael Rodríguez -como Aurelio Alonso lo recuerda en uno de los prólogos en mi libro, en una entrevista con Luis Báez en 1993- tuvo la honestidad de decir: El Che tenía razón, nosotros nos equivocamos, no nos dimos cuenta de lo que Fidel y el Che percibieron en los años ´60.
AR: Ahora voy a recordar aquel 1987, desde mi perspectiva. Cuba entera envuelta en las actividades por el 20 aniversario de la pérdida física del Che, un gran evento de pensamiento en el Palacio de Convenciones, que no dudo que haya organizado el propio Fidel y el centro era tu libro, todo giraba alrededor del libro: El pensamiento económico del Che. ¿Me equivoco o era la primera vez en la historia de la Revolución cubana que nos deteníamos en el pensamiento económico del Che?
CT: Sí, era la primera vez que lo hacíamos de una forma pública. Yo me sorprendo cuando dicen que Fidel era un dictador, cada vez que recuerdo lo que allí pasó. Tenemos un solo partido, pero no todos pensamos igual, la diversidad era (es) mucha y de ahí la fortaleza de la Revolución. Y había compañeros que no querían que mi libro se presentara en el evento -que fue el primer Congreso Latinoamericano de Economistas-, así que el libro hubo que entrarlo por la puerta por donde entraba el Comandante en Jefe en el Palacio de Convenciones.
“Eso está publicado en el periódico Granma. Resulta que empezaron a venderlo a cuatro dólares, como para que nadie lo leyera. Fidel me llamó y me dijo -cuando ya yo había donado los derechos de autor de la edición argentina que había salido en septiembre de 1987-“Tablada vamos a darlo gratis”, le dije claro Comandante por supuesto. Pero llegamos allí y los mercachifles lo vendían a 4 dólares y Fidel comienza la Clausura del evento diciendo: “Sé que han vendido el libro. Tablada y yo hemos conversado para darlo gratis. Aquellos a los que les han vendido el libro, hagan una fila por aquí para que les devuelvan el dinero y por acá otra, para que todos puedan adquirirlo gratuitamente porque tiramos 4 mil ejemplares”.
“Era una lucha ideológica, ya que el Che puso en un cuerpo teórico coherente la cultura revolucionara del pueblo cubano, desde los mambises hasta la Revolución que iniciaron Fidel y sus compañeros del Moncada, que resultó ser esa ideología revolucionaria que nos salvó del descalabro del socialismo soviético y de Europa del este.
“Esa ideología martiana, fidelista, marxista, es la que permite hoy al pueblo cubano seguir desarrollando el socialismo cubano y derrotando al imperio, incluso con la ley Helms-Burton. Pero eso es algo que en aquel momento no se veía así. Era la época de Che y los niños, Che guerrillero heroico. Pero el Che era mucho más y lo logró al tener una cultura muy grande.
AR: Pensemos en aquel momento, cuando aún no se ha producido un acercamiento profundo al pensamiento económico del Che y aparece en el primer capítulo de tu libro, en la segunda o en la tercera página esta cita del Che que dice: …“Desgraciadamente a los ojos de la mayoría de nuestro pueblo y a los míos propios llega más la apología de un sistema que el análisis científico de él. Esto no nos ayuda en el trabajo de esclarecimiento y todo nuestro esfuerzo está destinado a invitar a pensar, a abordar el marxismo con la seriedad que esta gigantesca doctrina merece”. ¿Por qué esta es la primera cita del libro?
CT: Porque me impactó, antes de leer al Che, quien me dijo por primera vez que la Unión Soviética iba a desaparecer fue Fidel Castro.
“Yo estaba de guardia en el rectorado, era profesor de Filosofía de la Universidad de la Habana. Era como a la 1 de la madrugada, yo hacía mi guardia con un fusil y en eso llegó Fidel.
“Él venía de una reunión con un alto militar soviético con relación a la defensa de Cuba y se le veía un poco molesto. Entonces él dice algo que a mí me conmovió por completo, aunque no lo entendí en aquel momento. Dijo: “La Unión Soviética marcha hacia el capitalismo. Estos soviéticos, tao, tao, tao…como decimos los cubanos”. Yo quedé muy impactado por mi formación…mi padre era comunista, en mi casa se reunían clandestinamente en los años ´50 los dirigentes máximos del PSP: Aníbal, César, Blas. Mi papá era abogado del Comité Nacional del Partido Socialista Popular…En fin, a mí esto me conmovió.
“Eso ocurre en abril de 1967. Yo tenía 19 años. Luego viene la muerte del Che y yo asisto a una conferencia que un profesor soviético daba en el hemiciclo de la escuela de Ciencias Políticas, que estaba al lado del rectorado. Él hace dos críticas a la Revolución Cubana: al Che lo critica, lo hace tierra y dice, además, que la Revolución de enero de 1959 triunfó, no por la lucha armada, sino por la huelga general.
“Yo pedí la palabra, le expliqué todo, le demostré que eso no era así. Pero, con relación al Che, me di cuenta de que yo no conocía al Che. Entonces el enfado que yo tenía con el profesor soviético se convirtió en un enfado conmigo mismo.
“De ahí bajé las escaleras de la Colina y entré a la librería Alma Mater a comprar libros del Che y me dicen que no hay libros del Che, fui luego al Habana Libre, a la Moderna Poesía y tampoco, me dijeron no busques porque no hay. Me fui para la Biblioteca Nacional. Entonces ahí encontré que no había libros del Che, que lo que había escrito el Che estaba todo desperdigado.
“Entonces me quedo pensando y pensando. Finalmente pedí un año sabático cuando cumplí 20 años. Yo tenía muchas cosas en la cabeza, quería ser vaquero. El rector (que era Chomi Miyar Barrueco), me autorizó a ir al Cordón Lechero y en 8 meses que estuve allí pensé cómo hacer una investigación sobre el Che. Y el 1 de junio de 1969, naciendo mi hija Johana Ruth Tablada de la Torre, con su madre Carola en trabajo de parto por veinticinco horas, hice el índice de todo lo que había pensado en la vaquería, hice el plan de lo que hoy es el libro del Pensamiento económico del Che y empecé a escribirlo.
“Luis Álvarez Rom, que fue ministro de Hacienda se había enterado -no sé cómo- que había un loco que estaba haciendo investigaciones sobre el pensamiento del Che, me fue a ver y me entregó una serie de inéditos del Che. También me ayudó Orlando Borrego. El Comandante Alberto Mora, quien pensaba diferente al Che me contó que cuando a él lo separan de sus responsabilidades como Ministro de Comercio Exterior, un escolta del Che le dice: “el Comandante quiere verte”.
“Él va para la oficina del Che. El Che le dice: “Oye suelta esas cosas, aquí tienes trabajo conmigo”. Mora le pregunta ¿Qué tú quieres que yo haga aquí? y el Che le responde: “que seas mi asesor principal y que me busques y critiques aquí dentro del ministerio para que encuentres mis errores del Sistema Presupuestario de Financiamiento y todos los errores que tiene el Ministerio de Industrias, demuéstrame que estoy equivocado”.
“Eso me lo contó Alberto Mora y demuestra la grandeza del Che, la humanidad del Che, que busca a uno que piensa contrario a él para que le diga sus errores. Su afán era la Revolución, que no cometiéramos los mismos errores que los hermanos del campo socialista. Todo eso me inspiró y me puse a escribir.
“Quince años estuve haciendo esa investigación y la terminé el 2 de julio de 1984. Hice cuatro copias: dejé una en Palacio para Fidel, una en la oficina de Raúl, otra para Ramiro que era ministro del Interior y una cuarta para Almeida, que era el jefe de la Comisión de Perpetuación de la Memoria del Che. Luego, tres años después, Fidel recomienda mi libro públicamente y pide que se estudie.
AR: Celia Hart Santamaría en un fascinante prólogo que acompaña la edición más reciente del libro recuerda que tú hablaste con su madre, Haydee Santamaría, sobre este libro. Pero antes del ´80 el libro no está concluido…cuéntanos un poco la relación de este libro con los contemporáneos del Che, desde Haydee, por ejemplo.
CT: “Muy sencillo cuando cierran el Departamento de Filosofía yo tuve que cambiar de trabajo y estuve un tiempo en la Facultad de Humanidades, luego pasé a los planes especiales de educación y al sistema empresarial como director económico de la EMPROVA, una empresa de la Secretaria del Consejo de Estado. Ya estaba escribiendo el libro, tenía como 200 páginas de investigación y comienzo a participar en los seminarios para la implantación del modelo soviético. Entonces me alarmo un poco y decido no esperar a terminar la investigación para mandarle a Fidel lo que tengo escrito, pero antes, como tenía acceso a Haydee, a Raúl Roa, decidí dárselo a leer a ambos para que me lo criticaran.
“Haydee me manda a buscar a su casa al lado del mar y ahí Celia cuenta en el prólogo cómo me llevó a la terraza y me hizo jurar. Me dijo: “con esta investigación vas a tener muchas dificultades y vas a tener muchas dificultades porque cambiar el pensamiento es muy difícil y hay fuerzas que no entienden que hay que salir del camino trillado. Quizás cuando tú lo termines yo no voy a estar, me tienes que prometer que aunque tengas las dificultades mayores, tú vas a terminar el libro, aunque te hagan papilla. Quiero que me prometas eso hoy. No sólo por mí, sino por mi generación”. Yo le dije: sí Haydee yo voy a terminar el libro. Eso es lo que cuenta su hija allí. Cumplí con ella y cuando lo terminé y lo dejé en Palacio para el Comandante, se me aguaron los ojos y pensé en Haydee y en Celia Sánchez Manduley.
AR: ¿Celia Sánchez, también tuvo oportunidad de acercarse a esa investigación?
CT: Celia sí. Cuando los soviéticos me contactaron en 1978 desde el Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética para proponerme hacer el doctorado, yo les digo que acepto si es con mi investigación del Che y ellos estuvieron de acuerdo. Como ya yo trabajaba en la EMPROVA, tuve que pedir permiso a Efrén –director general- y a Celia para que me autorizaran a hacer el doctorado en Ciencias Económicas pero con el libro del Che. Sí, ella estaba al tanto.
“Yo tuve el privilegio de trabajar con tres mujeres excepcionales: con Elena Gil Izquierdo, con Celia Sánchez Manduley y conversar largo con Haydee Santamaría Cuadrado. Y las tres, de cierto modo, me apoyaron totalmente para esta investigación del Che.
AR: Siempre se ha marcado una diferencia respetuosa entre Che y Carlos Rafael Rodríguez, que significa la línea económica de la Revolución y la relación más estrecha con la Unión Soviética. Tú recordabas que en la entrevista con Luis Báez en el año ´93, en plena implosión del socialismo europeo, Carlos Rafael reconoce que el Che tenía razón.
CT: Primero hay que pensar que para muchos Fidel y Che estaban locos por dudar del destino de la Unión Soviética, una nación que tenía 40 años de revolución, que había derrotado al fascismo, al nazismo, que había reconstruido el país y el campo socialista; se estaban convirtiendo en una potencia mundial. No eran visibles sus problemas para nosotros, los simples mortales. Ahí está la grandeza de Fidel y del Che que sí se dieron cuenta, tuvieron esa visión de corto, mediano y largo plazo. Todo aquel campo socialista desapareció y nosotros estamos aquí. ¿Por qué? Por nuestra dirección revolucionaria, por nuestro pueblo y nuestro socialismo cubano.
“Desde el punto de vista geopolítico, no era posible realizar a cabalidad el proyecto de la Revolución cubana. Nosotros estábamos bloqueados por Estados Unidos, ¿las armas, de dónde venían?, ¿de dónde venía el petróleo?
“Hay que analizar las circunstancias. Carlos Rafael Rodríguez representa ese pensamiento que viene del partido de mi papá. Incluso Carlos Rafael y mi papá se graduaron juntos de abogacía. Carlos Rafael fue el primer expediente y mi papá el segundo de su curso. Era como mi tío. Para ellos era difícil comprender lo que Fidel y el Che estaban diciendo, no cabía en sus mentes. Como no cabían en muchas mentes el Moncada y la Revolución del 1ro de enero. Hay mucha gente que no quiere reconocer todavía por qué la URSS desapareció. Y ahí está la grandeza y la honestidad de Carlos Rafael, que sí lo reconoció, al decir: “nos equivocamos, Fidel y el Che tenían razón”. Eso es lo que hace falta en el día de hoy y es lo que siempre ha tenido el compañero Raúl.
“Raúl siempre ha tenido ese pie en la tierra que hace falta para, en cada escenario, ir haciendo viable nuestra Revolución. Y es lo que está haciendo nuestro Miguel Díaz-Canel. Yo estoy muy feliz, ya tengo 71 años pero estoy muy feliz por la generación que está hoy día tomando decisiones, arribando a los puestos de poder en las FAR, el MININT, en la administración pública…
“Yo vi a Díaz Canel en la TV diciéndole a funcionarios que atienden al pueblo, en Camagüey: hay que ser decente y amable. A mí me vino a la mente el Che, quien dijo que un revolucionario verdadero tiene que ser honrado, honesto y decente. Una persona que no lo sea, no es revolucionaria, por muchos tiros que haya tirado.
“Esa búsqueda del desarrollo de nuestro socialismo, atendiendo a la gente, de quitar la alienación, de romper el auto-bloqueo, de buscar nuevas fórmulas, esto en lo que tanto Raúl insiste de la economía municipal, local y que Díaz-Canel y su equipo, su Consejo de Ministros están llevando a cabo, eso es fundamental.
“Y no tengo la menor duda de que el Che estaría hoy, como está Ramiro, como está Guillermo, bajo el mando de Raúl y de Díaz-Canel, llevando a cabo esa misma política. Esa es precisamente la vigencia de Che, porque todas las ideas del Che están vigentes.
AR: Mientras presentabas tu libro, se publicaba en la prensa digital una carta que el Che le envió a Fidel en marzo del ´65 haciendo una crítica de lo que él creía que estaba mal y que él mismo no había podido resolver. Ahí todo vuelve a girar en torno a la gran pregunta que desata tu libro y que es la gran diferencia entre el socialismo cubano y otros…porque tú eres de los que cree que no existe un solo tipo de socialismo, ¿verdad?
CT: No. Eso me lo enseñó Fidel, cuando lo oí por la televisión en 1972, hablando en Polonia, diciendo a toda la plana mayor del Partido Comunista polaco, que existen muchos marxismos y muchos socialismos y que el socialismo que se estaba viviendo allí no tenía nada que ver con el nuestro. Esa idea la repite posteriormente en Cuba y tuvo dificultades para desarrollar el socialismo cubano. Raúl Roa García, Guiteras…Fidel rompió completamente, no es hasta el año 1958, a pocos meses de triunfar la Revolución, que los comunistas aceptan que el camino de Fidel era viable. Es que cambiar ideas es muy difícil.
AR: La herejía era plantearse dudas.
CT: Pensar con cabeza propia como Carlos Marx nos pidió. Buscar soluciones propias. Ajustarse a los principios. Se ha dicho, por ejemplo, que el Che estaría en contra del cuentapropismo. No¡¡¡ El Che respetó y daba los suministros a la pequeña y mediana industria privada cubana, porque no se nacionalizó todo hasta el ´68, un año después de muerto el Che. Hasta entonces existían fábricas y actividades económicas privadas. El Che no se metió con eso para nada. El Che decía:
“No se trata de destruir las relaciones monetario mercantiles por decreto, que nos hemos encontrado, de lo que se trata es de empezar a crear nuevas relaciones de producción sociales, políticas, ideológicas, culturales, socialistas y protegerlas de las relaciones monetario mercantiles para que vayan creciendo”.“Las relaciones monetario mercantiles no se pueden quitar por decreto, sino que en la medida en que vayan creciendo las nuevas relaciones económicas, sociales, culturales del socialismo van disminuyendo entonces las relaciones mercantiles. Yo no veo ninguna contradicción del desarrollo de las cooperativas, de los cuentapropistas actuales, con lo que plantea la Constitución por la que yo voté sí. El Che hubiese votado por eso.
AR: No son las armas melladas…
CT: No. El problema fue que el campo socialista usaba sólo las armas melladas y no creaba relaciones socialistas, ahí está el detalle.
“El detalle está en que el Che quiere que se organice la producción nueva, la producción estatal, teniendo en cuenta las nuevas relaciones de producciones socialistas. Y el Che tenía en cuenta el costo. Eso yo lo desarrollo mucho en el libro.
“A diferencia de lo que ocurrió después y de lo que ocurría en la URSS, el Che conoció por las transnacionales norteamericanas que estaban aquí, cómo funcionaban las primeras máquinas IBM de saldo directo y cuidaban muy bien los centavos.
“La contabilidad que el Che establece cuidaba cada centavo: si este año tu costo de producción es de 52 centavos por peso producido, el próximo debe ser 51. El Che mandó a un comandante, que era viceministro del ministerio de Industrias, a la provincia de Pinar del Río, porque en el balance económico del semestre había 3 centavos de diferencia. A las dos y pico de la mañana lo llaman a su oficina, donde él estaba esperando. No habían encontrado la diferencia y le propusieron: vamos a seguir mañana porque no aparece. Él dijo no, busquen las diferencias porque hoy son 3 centavos pero mañana son diez pesos y luego millones.“Luego se comenzaron a contabilizar las pérdidas y faltantes. No es posible que haya pérdidas, si las hay eso es robo. Eso en el sistema del Che no existía, él no permitía la corrupción. Uno puede ser muy bueno el primer día y terminar en ladrones y traidores.
“El pensamiento del Che hoy día, además con la agresividad del imperialismo, viene como anillo al dedo en relación con lo acordado por nuestro Partido y principalmente Raúl, que ha sido el gran impulsor, con las medidas económicas que ha venido haciendo desde el 2008 y lo que Díaz-Canel está haciendo. Con él está el Che aquí. No tengo dudas de eso.
AR: Cuesta trabajo verlo, porque es muy fácil creer que la diferencia entre capitalismo y socialismo se reduce a los objetos de bienestar aparente. Es difícil competir con la maquinaria publicitaria que todo el tiempo le está diciendo al ser humano que su éxito está en tener más y no en ser más y yo creo que esa es la piedra angular de tu libro y lo novedoso del socialismo cubano: detenerse en el hombre, el ser humano. ¿Hasta dónde han llegado estas 38 ediciones del libro?¿Nadie ha impugnado sus ideas, siendo como es un libro hereje?
CT: Se han editado más de 600 mil copias y decenas de ediciones piratas, existe ahora mismo una edición pirata en Alemania y en realidad no me importa con tal de que se conozca más el pensamiento de Che.
“Voy a hacer pública, por primera vez, una experiencia que nadie sabe. Como te dije, los soviéticos me propusieron hacer el doctorado allá en la Academia de Ciencias de la Unión Soviética en Moscú y el 28 de octubre de 1986, por Camilo escogí la fecha, yo defendí y obtuve la máxima nota. El 29 regresé y el 30 me habían citado funcionarios aquí, para decirme que no se podía publicar el libro ya que dañaría las relaciones soviético- cubanas.
“Yo les enseñé el diploma dado por los soviéticos, con la firma del director del Instituto de América Latina y una carta de Oleg Darushenko, que era el jefe del departamento Cuba en el Presidium del Comité Central ¿Cómo mi libro va a afectar las relaciones soviético- cubanas? Gracias a esta negativa de ciertas Autoridades, fue lo que decidió que lo mandara al premio Casa de las Américas. Me habían hablado del premio por el aniversario 20 del asesinato del Che y me decidí a enviar el libro.
“Pero lo que quiero destacar en base a lo anterior, son los hechos posteriores: desaparece la Unión Soviética, desaparece el campo socialista, con el que sosteníamos el 80 y pico por ciento de nuestro comercio, de donde venía el 98% del petróleo, cae el PIB en un 35%. ¿Y qué hace Fidel en esa coyuntura? Fidel prioriza la Cultura. Crea las editoriales provinciales, las Riso, destina recursos a la cultura y a la ideología. Comíamos poco, una o dos comidas al día o malamente, no había café, no había esto, no había lo otro.
AR: Y él hacia como Martí, hacia todas partes iba.
CT: Exactamente, recorriendo el país. Me acuerdo de sus botas rotas, que una vez me llamó y me fijé que tenía un hueco en un zapato. Pero Fidel siempre concentrado en la cultura. Y eso es lo que nos está salvando hoy día, a pesar de que el Periodo Especial nos hizo pagar un fuerte deterioro, principalmente de valores éticos.
AR: Ahí es donde entra quizás la gran pregunta de esta época: los valores perdidos, pospuestos. Tengo mi teoría al respecto: creo sinceramente que así como los valores se perdieron en muchos, en otros casos son la única explicación de nuestra milagrosa sobrevivencia a las carencias más grandes.
CT: Eso lo pude ver yo hace una semana cuando fui invitado a conversar con alumnos de una primaria, y ha sido el encuentro más lindo que yo he tenido en los últimos 20 años y mire que yo he tenido encuentros… Fue una conversación el día 14 de junio, comenzamos a hablar sobre quién era Maceo, quién era el Che. Y salí de allí sin ningún tipo de dudas de que el presidente Trump y toda la camarilla asesina que asesora al imperio, no pueden con nosotros.
“Es cierto, nos hemos deteriorado en muchas cosas. Como también decía el Che, con hambre no se puede construir el socialismo. Hay que buscar mecanismos para garantizar que la gente tenga comida, ropa, trabajo, que no tengan que robar para vivir. El Che no era un idealista. Tenía los pies tan en la tierra, igual que Fidel, que ambos dijeron que la Unión Soviética iba a desaparecer y no se equivocaron. Para haber hecho ese pronóstico y haber dicho por qué iba a desaparecer, hay que ser muy realista.“El Che era un idealista porque sin idealismo, sin utopía, sin romanticismo, como han dicho tantos, no existe la humanidad. Pero tenía los pies en la tierra y sabía la calidad de la gente. Lo sabía valorar y por eso daba ejemplo.
“Pienso que, a pesar del deterioro, el imperio ha tenido que tomar nuevas medidas, incluyendo desde Obama, porque no nos han podido quebrar. Nuestro pueblo no está quebrado. Estamos con la camisa rota por aquí, el pantalón tiene un hueco por acá, tenemos algunas heridas que todavía sangran, pero estamos vivos, estamos llenos de energía y estamos llenos de presente y de futuro.
AR: Es decir sí se logró el hombre nuevo…
CT: Cuando yo veo a los médicos cubanos trabajando en pueblos indígenas de la Amazonía, trabajando en lugares perdidos en África, como es el caso de los dos compañeros que tenemos que rescatar a los que nos han secuestrado y los otros que están allí y no se han ido, ¿qué más hombre nuevo que eso? El que va todos los días al trabajo y que no puede hacer cuatro comidas al día porque el salario no le alcanza, ese es el hombre nuevo también.
“Los que están en contra del Che quieren idealizar también el concepto de hombre nuevo del Che. Si en Cuba no hubiera un hombre nuevo, simple y sencillamente, no estuviéramos aquí. Los Cinco Héroes ¿de dónde salieron? Son gente de pueblo, que no se quebraron. En el concierto de Silvio, dos días después de su llegada, aparecieron ellos con sus madres, con sus esposas y Gerardo contaba: “En el momento peor, cuando estábamos en las celdas de castigo, cuando no hablábamos con nadie, nos poníamos a cantar las canciones de Silvio”.
“Por eso yo digo que Silvio representa la cultura revolucionaria, la cultura de Raúl Gómez García, como bien dijo López Obrador él es el embajador de la poesía, pero también de los mejores valores de la Revolución Cubana. Esta Revolución hereje.
AR: Cuando Carlos Tablada piensa en aquel 8 de octubre del 87 y en las 38 ediciones que ha tenido el libro y que todas las generaciones desde Fernando Martínez Heredia hasta Elier Ramírez Cañedo son capaces de evaluar el valor del libro que has escrito como un modo de renacimiento del Che y un momento crucial de la Revolución cubana ¿qué siente?
CT: Dos cosas, recuerdo que mis compañeros me decían que yo estaba escribiendo para los ratones, que donde se había implantado el modelo soviético no había regreso, que yo estaba loco. Por suerte no tuvieron razón.
“Lo otro: yo estaba en Argentina cuando Fidel habló el 8 de octubre del ´87 y donde recomendó directamente la lectura de mi libro. Me enteré el 17 de octubre en el aeropuerto, cuando regresaba de Buenos Aires para Lima donde iba a presentar el libro. Un compañero de la embajada me da el periódico Granma y me da a leer el discurso de Fidel en el avión. Me dio diarreas, me eché a llorar, no por mi libro, sino porque comprendí que los compañeros de Fidel, de Raúl, de Ramiro, de Haydee, que habían muerto en el Moncada, en la Sierra o en el Llano, no murieron por gusto, los que murieron en Girón, los que han muerto en la clandestinidad que todavía ni se sabe que son héroes y que lo que ha pasado nuestro pueblo comiendo una comida al día, a veces sin nada, sin electricidad, no se sacrificaron por gusto.
“Porque nuestra Revolución, el socialismo cubano, desde las ideas de Céspedes y los mambises cubanos hasta el día de hoy, sitúa al ser humano en el centro y eso te da la ética que el Che entendió: que el arma fundamental de los mambises fue la ética. Y el Che entendió cuando Fidel le dijo que curara al más grave, comprendió que el arma más grande de la Revolución era la ética, ella no engañaba a nadie y eso es lo que nos da la fuerza para seguir combatiendo. Y es bueno que la gente salga a otros países y vea y compare para saber bien qué tenemos y todo por lo que tenemos que seguir luchando contra el imperio y contra la burocracia interna que ha estado minando todas las medidas de Raúl y le pone trabas a Díaz-Canel.
AR: Última pregunta: si estamos bien en el sentido de haber entendido el alerta del Che y estamos en el camino de no dejar caer a la Revolución, ¿por qué otra edición de El pensamiento económico del Che?
CT: “Yo no la pedí, es que el Che está de vuelta en todo el mundo. No sólo en Cuba. De todas las ediciones creadas hay sólo 8 cubanas, de los 600 mil libros tirados -sin contar las piratas- 300 mil cubanos, los otros 300 mil son de Estados Unidos, Canadá, Europa, Rusia, Turquía, Irán… Ahora se va a publicar en países del Medio Oriente.
“El Che está de vuelta porque la gente se da cuenta de que nos están embruteciendo a nivel mundial, que no quieren que pensemos y nos quieren borrar la memoria histórica. Y el Che es tan puro, ha sido y es tan consecuente en lo que pensaba, sentía y hacía, que nos sigue inspirando, no sólo a los cubanos, para establecer una sociedad mucho mejor en la cual realmente podamos quitar el capitalismo y crear una sociedad que no destruya el planeta y acabe con la explotación del hombre por el hombre.
AR: Yo tengo otra respuesta, como lectora y como cubana también, creo que esas alertas no pasan nunca, porque la construcción del socialismo y del hombre nuevo necesita un repaso cotidiano, aunque hay personas que lo olvidan.
CT: Eso es lo que hizo Elier Ramírez, muchacho joven, revolucionario, brillante…
AR: Y nieto del luchador campesino Pepe Ramírez.
CT: “Me enteré hace un mes que era nieto del fabuloso Pepe Ramírez. Hombre honesto, decente, honrado, por eso es revolucionario, como decía el Che. Que Elier haya hecho la presentación de la 8va edición cubana, que lo haya hecho como lo hizo, con una lectura con los lentes de su generación y del siglo XXI, demuestra que valió la pena haber hecho lo que hice.
AR: Quiero terminar con lo que escribió nuestra gran amiga Celia Hart Santamaría en uno de los prólogos del libro: “En nombre de aquella generación ideológicamente desesperada, aturdida por el estalinismo, confundida con la perestroika, es por lo que le agradezco formalmente a Carlos Tablada que haya salvado este libro del mar”.
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