Miguel Díaz- Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República de Cuba
La Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, PCC, no es un Congreso que tiene la responsabilidad de realizar el análisis integral de los problemas del país y del Partido cada cinco años. Se puede realizar cuando la convoca el Buró Político, entre uno y otro Congreso, para analizar el o los asuntos que requieren de la máxima atención por parte de la dirección del Partido, su militancia, y como fuerza dirigente de la sociedad y del Estado, también el gobierno y todo el pueblo.Se puede prever, que
pase revista al cumplimiento de todo lo acordado en la primera Conferencia, sus
objetivos de trabajo, pero ante todo, poder valorar y tomar conciencia del
momento histórico en que vivimos, no solo los cubanos, con serios peligros que
enfrentar.
Esa visión del sentido
del momento histórico que se vive y sus principales tendencias, exige estudiar
y actualizar con atención y profundidad el asunto de cuál es el adversario
principal a vencer, cuales otras fuerzas también deben ser tomadas en cuenta
como instrumentos de ese enemigo.
La Revolución y el
Partido que la dirige no pueden equivocarse en la adecuada determinación de
quienes son sus enemigos principales en cada momento de su desarrollo. Un
adecuado enfoque marxista-leninista, objetivo y realista, requiere considerar
que las causas que determinan la evolución y desarrollo de cualquier fenómeno de la realidad que
vivimos, en primer lugar, son las internas, aunque pueden darse casos en que
las causas externas son aún más determinantes (el Bloqueo). Por ello es un
asunto de vida o muerte el análisis dialéctico de esa relación entre lo externo
y lo interno.
Han cambiado mucho las
condiciones y circunstancias en que se desarrolla Cuba y su Revolución en la
actualidad, y la situación interna en cuanto a enemigos endógenos, también
cambia, y no para bien.
No es el crecimiento
de los grupos contrarrevolucionarios pagados desde el exterior, cuyo accionar
en redes, más que en el mundo físico se ha ampliado, sino los cambios en el
pensamiento político e ideológico sobre la Revolución, su Partido y su gobierno
lo que nos deben ocupar y preocupar.
Miles de jóvenes y
otros no tan jóvenes han abandonado el país, y aunque la causa visible
económica, nadie puede negar el trasfondo ideológico de cuestionamiento a la
Revolución, su Partido, gobierno y dirigentes.
Otro problema son
quienes se mantienen en el país, pero lo cuestionan todo o casi todo, y son
manipulados por el enemigo, y utilizados a su favor, aprovechando la falta de
respuesta oportuna y efectiva a problemas que no son solubles inmediatamente,
por las propias circunstancias impuestas o errores que no se pueden negar.
Se observa y siente la
aspiración de muchos al restablecimiento del capitalismo y sus valores, incluso
de quienes desean la anexión a los Estados Unidos, de facto et iure.
Nuestro trabajo
ideológico y político no enfrenta estas realidades con un plan definido que sea
palpable y eficiente a nivel social; un plan con una visión totalizadora
permita enfrentar la batalla cultural en marcha, que incluye la vida cotidiana,
los medios, los sentimientos y valores de las personas, sus necesidades. Eso no
se resuelve sólo con la crítica, sino con la acción revolucionaria, requiere
esa solución un enfoque de preparación y movilización de masas no solo para
enfrentar, sino para crear las riquezas materiales y espirituales que
necesitamos.
La prioridad en el
orden económico tiene que ser la utilización del sistema productivo creado y
desarrollado por la Revolución, que tiene más
capacidades que cualquier otro actor económico emergente para enfrentar
y solucionar gradualmente las necesidades de la población. Es cierto que
implica inversiones, como la energía y el combustible, transporte de carga y de
servicios, cuadros adecuados, y estrategias para soslayar la acción del
Bloqueo. La transformación integral de la Empresa Estatal Socialista, fue el
sexto de los objetivos planteados por el Ministro de Economía ante la ANPP.
La situación con las
tierras y la producción alimentaria debe ser una prioridad. Las del Estado
deben producir y las de los particulares también, no para ganar más cada día,
sino para resolver las necesidades crecientes de la población.
Hay que producir de
forma que bajen los precios de manera obligada. No se puede ni debe permitir la
corrupción, el robo, las ilegalidades, la malversación, el desvío de recursos,
como representante del mercado subterráneo o negro, o como segunda economía,
como se prefiera llamarle, porque son el principal enemigo interno, y va creciendo
y puede destruir lo que tanto ha costado.
Fidel llamó muchas
veces la atención sobre que no se hace conciencia con dinero, sino dinero con
conciencia.
Aunque se
establecieron viejas formas de propiedad, que para algunos son nuevas, todo no
se puede dejar a la espontaneidad de las leyes del capitalismo, ganar dinero
sobre todas las cosas, plusvalía, ley del valor, oferta y demanda, competencia,
todo eso es lo viejo que si no se puede destruir, debe ser modificado, que
pienso sea la voluntad al poner a convivir esas formas y leyes con las del
socialismo.
Trabajo en y con la
conciencia del hombre, para defender todo aquello en lo que creemos, como dijo
Fidel en su concepto de Revolución. No llegamos con nuestra conciencia e
ideología a esas alturas, que expresan las exigencias concretas de lo
cotidiano.
Hemos ido
transformando el Estado como órgano de poder revolucionario creado por la
Revolución, buscando perfeccionarlo, pero la función fiscal es una de las
principales del Estado capitalista, del cual hemos copiado funciones, no es esa
la única.
Nuestro Estado
socialista no sólo es de derecho, o con funciones fiscales. Tiene el deber
histórico de defender los intereses de los trabajadores, que son los dueños de
todo, incluyendo los mecanismos para hacerlo.
Es cierto que las
leyes aprobadas lo estipulan, pero hay que hacerlas cumplir con el rigor
necesario, incluso con la recuperación, si es necesaria, de la Pena de Muerte.
Es cierto que en el
caso de los delitos económicos, una declaración de Economía de Guerra para
aumentar los marcos sansonatorios, daría elementos para considerar a Cuba en
Emergencia Humanitaria, excusa deseada para actos interventores, pero tampoco
puede seguirse ignorando el alto daño que este tipo de hechos ocasiona al país,
y no solo económicamente.
Hemos renovado
políticas de acuerdo a las nuevas circunstancias en que actuamos. De las redes
podemos bajar en cualquier lugar y momento, los Lineamientos económicos y
sociales, los nuevos conceptos, los documentos aprobados en la primera
Conferencia Nacional del Partido, de sus Congresos, resoluciones y muchos otros
documentos. Entonces el problema es hacer cumplir el contenido de esos
documentos, que cuando uno estudia y compara contienen lo que ya se ha escrito
y dicho en otros momentos, y lo que se hace es repetir, escribiendo de otra
forma, las mismas ideas.
Cuantas veces se
reitera en las intervenciones que los problemas se resuelven cambiando o
modificando el estilo de trabajo, o sea, modificando la forma de actuar, o que
tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Tal pareciera que
queremos hacer realidad aquello de que la repetición es la madre del
conocimiento. Y eso ocurre con muchas cosas, acabando con que las personas
dejan de creer en lo que decimos y repetimos, obligándolas entonces a que
busquen otros argumentos.
Ejemplo son nuestros
medios de difusión. Estudiemos sus normas, estilos, voluntades. Acuden a modos
de hacer con el argumento de no dar paso al enemigo, o de llegar a más público,
que en realidad, de la forma en que a veces se ejecutan, logran el efecto
contrario.
Hay que fundirse e
integrarse a las bases, no solo oírlas. Hay que sentir como ellas, sufrir como
ellas, no olvidar que salimos de ellas, trabajar día a día como ellas, con las
mismas carencias y dificultades.
Para que las masas
sigan el proyecto, hay que enfrentar y resolver sus necesidades y carencias, no
con teorías, sino en el trabajo cotidiano, con Autoridad Moral.
Hay muchas inversiones
con proyección perspectiva, que pueden ser muy necesarias, pero hay
adecuaciones que pueden hacerse para que se invierta en problemas más
perentorios.
Estamos en una situación casi de guerra permanente con el enemigo, solo falta el enfrentamiento con armas de alto calibre. Entonces actuemos en consecuencia.
Bibliografía
Colectivo de autores. (1991). Reconocimiento de las explicaciones causales internas e internas. Anuario de psicología, 1991, No. 50. Universidad de Barcelona.
Guevara, Ernesto (1965). El socialismo y el hombre en Cuba. Recuperado de https://www.marxists.org/espanol/guevara/65-socyh.htm
Rosenthal, P., Ludin, M. (1965). Diccionario Filosófico. La Habana: Editora Política
Lo externo y lo interno. Recuperado de http://www.filosofía.org
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