Por Sara Rosenberg. Tomado de La Pupila Insomne
Llega
el calor, el miedo parece colarse por las rendijas de las puertas y
ventanas, la gente trata de barrer los restos de un invierno
especialmente difícil, demasiada muerte y sobre todo incertidumbre.
No saber, no se sabe, no
sabemos, se sabe poco sobre este virus, se lucha a ciegas y la práctica
va dictando al cabo de los meses qué es lo más adecuado, qué es lo que
pudiera o pudiese detener la pandemia.