lunes, 10 de abril de 2023

Cuba, la niñez y la Juventud.



Por  Msc. Roberto Reinaldo Dávila Cabrera. / Imagen tomada de Granma.cu 

Especiales motivaciones nos trae abril para rememorar hechos y acontecimientos importantes de nuestra historia patria, que comienzan desde el propio inicio del mes hasta su final. No obstante, quiero violar el orden cronológico para comenzar por el desembarco en Playitas de Cajobabo, Guantánamo, un 11 de este mes de 1895, de José Martí, el Apóstol de la Independencia y el Generalísimo Máximo Gómez Baéz, y luego la aplastante e histórica victoria de la Revolución Cubana sobre el imperialismo norteamericano y sus mercenarios durante los sucesos de Girón en 1961.

Cualquiera de estas fechas merece por sí misma, y seguro será así, una serie de artículos de tipo diverso y abarcador. Solo quiero, ahora sí, centrar mi atención en la Organización de Pioneros "José Martí" y en la Unión de Jóvenes Comunistas, ambas fundadas un 4 de abril, de 1961 y 1962, respectivamente.

Aunque el tema de la continuidad, por tratarse de la Revolución, ha recibido ataques desde todos los ángulos y por muy diversas personas, creo que nadie podrá negar que la significación de la niñez y la juventud en la sociedad, cualquiera que esta sea, es la fuente segura de su continuidad, evolución y desarrollo, sea cual sea la etapa o época histórica de que se trate.

La especie humana nace, crece, evoluciona, se desarrolla y muere, en un ciclo de vida cuyo movimiento es necesario e indispensable para la existencia de la misma. Sólo podrá desaparecer la especie de forma natural cuando ese ciclo no se cumpla, sean cuales sean las causas que lo propicien. Hoy se afirma que pueden existir causas no naturales que provoquen esa posibilidad de hacer real la autodestrucción humana, a partir del desarrollo de armas nucleares y de todo tipo, con capacidad destructiva que no tienen medida alguna. La historia también indica la desaparición de civilizaciones anteriores sin que las actuales tengan claridad de las causas que la provocaron.

Como investigador social he podido leer materiales de distintos autores, comenzando por el gran filósofo griego Aristóteles, que abordan el tema con gran rigor de acuerdo a las circunstancias y condiciones de la sociedad que les ha tocado vivir, y se pueden exponer ejemplos de distintas etapas de la evolución humana, y de ellos hemos podido aprender que hay que estudiar e investigar el pasado, para garantizar el presente y proyectar el futuro. Le ameritan a Mijaíl Lomónosov la frase de que “un pueblo que olvida su pasado no tiene futuro”, pero también Martí la usó en una de sus “Escenas Norteamericanas”. 

La afirmación de que la niñez y la juventud son el presente y el futuro de la Patria es totalmente verídica, pero no siempre se agrega o tiene presente que las generaciones anteriores siempre han tenido la responsabilidad histórica de incidir, influir en el presente y el futuro a través de la paciente labor de preparación de las nuevas generaciones para la vida y las responsabilidades que les tocará asumir.

Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que en la historia de Cuba, la niñez y la juventud han estado presentes jugando el papel que les ha correspondido en cada etapa del desarrollo del país y sus luchas, desde el propio proceso de colonización por España.

Muchos ejemplos se han reflejado en nuestros medios de comunicación que ratifican lo afirmado, desde nuestros indios, después los esclavos, nuestras luchas independentistas contra el colonialismo español, la etapa republicana, las luchas en la Sierra Maestra y en los llanos contra la opresión de la tiranía batistiana y así, hasta el presente que vivimos, la lucha ha tenido que continuar contra otros enemigos modernos, de dentro y de fuera.

Niños hubo que fueron mambises, pioneros en la etapa republicana, jóvenes comunistas después, con la diferencia de que en Cuba se produjo una Revolución que transformó radicalmente nuestra tierra en defensa de los intereses de los siempre explotados y oprimidos, y una de sus primeras obras fue la creación y organización, primero, de la Organización de Pioneros José Martí, en 1961, y un año después de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Nuestros enemigos intentan cada día negar esas verdades, tergiversarlas, acusarnos de negligentes e ineficientes, acusándonos de todos los males que hoy nos afectan. Intentan vender una visión idílica y mentirosa del sistema del capital y del imperio, y han pagado con su dinero a aquellos que se han dejado comprar por migajas para actuar contra su país.

Hay fenómenos que se potencian, que son reales, como la emigración de miles de personas, especialmente jóvenes, que buscan otro futuro. Hay programas en diversos países que pagan para obtener esos resultados, y lo seguirán haciendo. Personas en Cuba se preocupan y ocupan del tema. Algunos potencian lo negativo y sus consecuencias para el país por las carencias y afectaciones en la fuerza de trabajo calificada, otros solo intentan crear malestar en nuestra sociedad con ese y otros temas.


Foto tomada de radiocubitas.icrt.cu

Cuando me refiero a la juventud estoy viendo a José Martí, apóstol de nuestra independencia, que un 25 de marzo de 1869 publicaba en el “The Evening Post”, de New York su artículo “Vindicación de Cuba”, en defensa de su pueblo, respondiendo a una “ofensiva crítica de los cubanos publicada en The Manufacturer de Filadelfia”. 

No por casualidad voy a citar parte de ese texto de Martí, que hoy tiene plena vigencia:

“No es éste el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba. Es probable que ningún cubano que tenga en algo su decoro desea ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones sólo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia. Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter.” (1)

“Pero los que han peleado en la guerra, y han aprendido en los destierros; los que han levantado, con el trabajo de las manos y la mente, un hogar virtuoso en el corazón de un pueblo hostil; los que por su mérito reconocido como científicos y comerciantes, como empresarios e ingenieros, como maestros, abogados, artistas, periodistas, oradores y poetas, como hombres de inteligencia viva y actividad poco común se ven honrados dondequiera que ha habido ocasión para desplegar sus cualidades, y justicia para entenderlos; los que, con sus elementos menos preparados, fundaron una ciudad de trabajadores donde los Estados Unidos no tenían antes más que unas cuantas casuchas en un islote desierto ; ésos, mas numerosos que los otros, no desean la anexión de Cuba a los Estados Unidos. No la necesitan.”(2)

No voy a negar que están haciendo de todo o casi todo por ahogarnos, por dominarnos, rendirnos, elevando cada día nuestras carencias y sufrimientos por las necesidades no resueltas que se incrementan a niveles nunca antes vistos. Pero como siempre, se continúan equivocando. 

Veamos sólo los resultados de las últimas elecciones, donde la juventud nos representa y defiende los intereses del pueblo en cifras que cada vez aumentan. Miles de jóvenes integraron las mesas electorales, y todo el sistema que garantizan un proceso electoral de calidad y total confiabilidad. Y el papel jugado por nuestros niños, cuidando la pureza de la votación popular, de una punta a la otra de la Isla, con sus jóvenes guías y maestros acompañando el proceso.

El apoyo expresado en resultados ha dado mucha alegría al pueblo y a otros que apoyan nuestras luchas. Está ahí presente la voluntad de nuestra juventud revolucionaria mayoritaria, activa y combatiente, en todos los frentes donde la Revolución la necesita, pero ahora lo han expresado en las urnas.

Que diferencia con los países que nos quieren imponer sus sistemas, donde las urnas se cuidan con la fuerza y las bayonetas, defendiendo los intereses de los ricos, de los explotadores del trabajo ajeno.

Y nos intentan exigir transparencia cuando ellos nunca la han tenido. Piden libertad de prensa y expresión, y vean el caso de Julián Assange, muriendo en la cárcel por defender la verdad. Ellos no publican las realidades de sus procesos electorales.

Los pioneros y jóvenes de 1961 y 1962, y los que vinieron después, nos hicimos hombres y mujeres combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FAR y el Ministerio del Interior, MININT, trabajadores, maestros, científicos, intelectuales, dirigentes, de y en cualquier sector social, algunos abonan ya la tierra patria y muchos continúanos aquí. 

Muchos más niños y jóvenes se incorporan cada año, cada día a este proceso victorioso que es la Revolución gracias a los esfuerzos de sus hijos, de ayer y de hoy, que juntos, preparan el mañana, sin reformismos ni anexionismos, para seguir victoriosos, libres, independientes y soberanos.

Bibliografía

Martí, José (1976). Obras Completas. Vol. 1., pags  236. La Habana: Ciencias Sociales

Martí, José (  ). Obras Completas. Vol. 1, pags  236-237. La Habana: Ciencias Sociales

1 comentario:

  1. Muy buen artículo del Profesor Roberto Dávila, lo comparto al 100%.

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