sábado, 13 de enero de 2024

Como son las cosas cuando son del Alma: ¿Balance?


Por Alejandro Sanchez

En los días finales del año y hasta en estos primeros días, las redes sociales, sobre todo el solar de Facebook, se llenó de ¿balances? personales o globales de cómo se acabó el año y, de ¿previsiones?, más o menos influidas por los deseos individuales de lo que sería mejor para el próximo año.
En ese sentido, algunos comentarios hacia los discursos de la Dirección del País, han sido críticos, a veces hasta burlescos, especialmente destacando las “promesas incumplidas”. Sobre todo se destacan discursos en los que se habló de tal o más cual mejoría que, finalmente, no se apreció.
Siendo objetivos y realistas, el 2023 ha sido un año desastroso, un año en el cual, amén de que nuestro país aparece en algunos artículos de “tanques pensantes”, como una prioridad estratégica para el nuevo mundo multipolar, esto no se ha reflejado en lo palpable, pues se están jugando, globalmente, destinos más importantes que el nuestro o, donde Cuba es solo una parte de un enorme juego de fuerzas mundial.
Y, como parte, de ese “inmovilismo”, respecto a nuestra isla, cuando algunos se rompen la cabeza de; ¿por qué Estados Unidos no acaba de modificar su política hacia nosotros? de, ¿por qué Biden no adopta cambios si ya está en el último año electoral y, el voto floridano decide? y, otros etc, solo cabe una respuesta. En el análisis y la lógica lo más simple es casi siempre la solución; Estados Unidos nos tiene donde necesita, ¿para qué va a realizar cambios?
Economía estancada; proyectos estratégicos, con un mundo multipolar, aún en ciernes; algún sector interno que, de buena o mala voluntad, sigue teniendo como norte el Norte; problemáticas sociales y una visión de la Revolución que se “desmorona” y hace potencialmente burlesco el slogan por el 65 aniversario de, “Esta es la Revolución”.
Pero, el solo hecho de que Cuba no se haya “desmoronado” aún, de que, con supremos esfuerzos y aún con errores, se haya logrado la funcionalidad del país, en medio de toda la crisis global, ya es un logro, aunque a algunos o muchos, no les valga ese consuelo. El hecho de que se hayan entendido algunas cuestiones demandadas por la población y se planea actuar en solucionarlas y, de que se entienda, a veces pareciera a regañadientes, que hemos estado leyendo una parte del Marxismo que no es la que nos hace falta ahora mismo o, interpretándola de una forma que no es la necesaria ahora mismo, ya es un avance, aunque para los más ortodoxos y ultraizquierda no nos sea suficiente.
Cuba ha resistido, la Revolución ha resistido, el Socialismo cubano con base en su ideología Marxista-leninista y enriquecido con los mejores ideales nacionales, ha resistido. Eso es un hecho.
Fidel pudo decir en enero de 1959 que en lo adelante todo podía ser más difícil, porque era algo palpable. Solo personas demasiado fatuas pudieron, en ese momento, pensar lo contrario. Nuestros dirigentes actuales pudieran hacer lo mismo en cada discurso y así, esos críticos que los acusan de mentir y dar falsas esperanzas estarían contentos. Pero, un discurso político lleva mucho más que eso, significa mucho más que eso, precisa ser preparado muy bien, con un objetivo claro que minimice los riesgos de ser malinterpretado. Que su única falta pueda ser vista por los irreconciliables enemigos, los públicos y los ocultos.
No hay fórmulas para un mejor 2024. Ni siquiera la “famosa” Letra del Año, que, tanto una como la otra, litúrgicamente son erróneas, da soluciones, solo posibilidades que esa letra expone para este año o, para cualquier otro en el que los “ikines”, caprichosamente, la vuelvan a sacar.
Soluciones, por cierto, no las tengo, está de más decir pero, deseos bien pensados quizás pudiera adelantar algunos.
Primero; olvidarnos de Estados Unidos y de cualquier cosa que venga de allí, especialmente de la comunidad cubanoamericana rica, con intereses económicos e involucrada en política. Entender que el bloqueo no es una política de un partido o gobierno, ni que surgió con la Mafia de Miami, sería indispensable para nuestros analistas, sean de la institución que sea. El bloqueo fue firmado e instituido porque el Capitalismo no podía permitir que un Socialismo tercermundista fuera posible y, para colmo, en una colonia de facto como era Cuba. No nos van a quitar el bloqueo, no van a permitir vuelos regulares de manera normal, ni viajes estables por años de cruceros cargados de turistas, ni cientos de millonarios en hipotéticos y rentables campos de golf. Solo lo han hecho para acomodarnos donde quieren y después dejarnos colgados de la brocha ¿Por qué? Porque no pueden permitir que una economía socialista, aun cuando sea al estilo chino, sea exitosa en Cuba. Punto.
Segundo, acabar de romper la “maldición” de Máximo Gómez, y dejar de pasarnos en lo que debemos quedarnos cortos y, de quedarnos cortos en lo que deberíamos pasarnos. Por ejemplo; desde 1994 más del 80 % de la producción agropecuaria en Cuba está en manos del sector privado y, ¡No tenemos comida! ¿Hasta cuándo la solución a eso será ampliar la actuación de ese mismo sector privado? Deberíamos probar otras opciones.
Tercero; el Mundo entero está marchando a un universo multipolar; los BRICS este año dejarán de usar el dólar como moneda de transacción comercial, todos los países africanos y asiáticos e incluso algunos latinoamericanos (los menos dependientes de Estados Unidos), con algún potencial económico, están marchando a una economía común, diversa, que genere capacidades propias de desarrollo (no de compra y dependencia) y, apartada de Estados Unidos y Europa. Estos dos polos hegemónicos están en retirada por obra y gracia de una guerra en Ucrania y otra posible en Taiwán. Su economía está en retroceso, encareciéndose por los costos de energía y, por tanto, encareciéndose sus productos. Sus intereses, a futuro, no serán equitativos para con ninguna economía en desarrollo, menos la cubana a cuya política e ideología de gobierno odian.
Cuarto; China acaba de aprobar una Ley para la Educación Política, Rusia promueve todo lo que significó la gloria de esa nación y eso incluye glorificar la Gran Guerra Patria y las conquistas de la URSS. ¿Y nosotros nos estamos debatiendo por lenguaje inclusivo o políticamente respetuoso y empoderamientos que ya la Revolución y nuestro proyecto socialista tienen en su razón de ser? Deberíamos ser un poquito menos complaciente en nuestro hablar y actuar. Quizás portarnos un poquito mal, ser menos diplomáticos según las normas del llamado Mundo Occidental, nos vendría mejor.
Quinto; Raúl, en su discurso, planteó la solución a muchos de nuestros problemas; el que ostente cargos de Dirección y no sea capaz de cumplir su tarea que se aparte. Por ahí pasa la mayor parte de nuestras soluciones, por la capacidad de nuestros Cuadros porque ya no tenemos a Fidel y estar a su altura es muy difícil:
La eficiencia de nuestra empresa estatal socialista y de toda nuestra economía pasa por cuadros revolucionarios según el concepto del Che y Fidel, no por tener mejores empresarios; la educación de nuestros jóvenes para que prioricen un futuro en Cuba pasa primero por inculcarles amor por Cuba dentro de Cuba, no el amor nostálgico desde fuera de Cuba; si queremos un pueblo entregado, honesto, humilde y laborioso todo el que tiene que dar el ejemplo, todo el que ostente un cargo público, todo el que sea un líder o figura social, tiene que serlo también; si queremos hacedores y decisores de políticas a todos los niveles que fortalezcan el Socialismo deben, primero, entender realmente el Socialismo, el marxismo-leninismo, la economía política socialista y, entonces quizás, seríamos más coherentes y mejores planificando.
Eso y otras cosas, podrían hacer del 2024, a mi manera de ver, un mejor año para Cuba pero, si no lo es y aún en enero del 2025, todavía estamos aquí resistiendo, a mí me valdría. El comunismo es una sociedad tan hipotética como necesaria pero, cualquier comunista de verdad, debe estar consciente que construirlo es una aventura, un sueño muy lejano pero, que no se debe cejar en construir. Eso dijo Lenin y yo le creo.

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