El centrismo: La trampa del centro

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Por Abel Oliva Ávila

Lo que se conoce por centro (político), esa "zona" indefinida y casi indefinible, donde izquierdas y derechas se juntan, acarician y sobre todo se justifican entre si, puede parecer que aporta estabilidad social, y que funciona como aparente calmante social dejando pendientes la mayoría de reclamos y justas reivindicaciones de los pueblos.

Estos, encantados con las apariencias formales de los centristas tienden a votar entre unos y otros sin notar realmente que en esencia son la misma cosa, mientras aquellos mantienen el sistema intacto lo cual es su real mision, el centrismo vienem además acompañado, como toda tendencia política, de ideología y de cultura, base qué es imprescindible para mantener cierta hegemonía social.

Lo cierto es que centro derecha y centro izquierda no cambian jamás el sistema, no atacaran las esencias de los problemas socio clasistas y en ellas tiene el capitalismo actual su mayor fuente de estabilidad política e ideológica. 

Para cualquier proceso verdaderamente revolucionario el centro representa un peligro tanto como la extrema derecha a la cual este muchas veces se alía contra los procesos de cambio social radical, y si su accionar político debe ser combatido y derrotado más aún su accionar ideológico que representa una oposición "blanda" a cualquier postulado de cambio verdadero de la sociedad, o la supervivencia misma de la revolución social, el centro suele ser a la política lo que la clase media es a la lucha de clases, un calmante apenas para dolores profundos, la ideología centrista no se avergüenza jamás de sus "alianzas" con cualquier sector político.

Incluso en Cuba cuya hegemonía social está en manos del partido comunista (vanguardia de los trabajadores que son la clase dominante) el centrismo ha luchado por posicionarse desde una aparente lealtad a determinados principios de izquierda, mostrando en no pocos casos un rostro aparentemente "aceptable" ante la alternativa clásica de la derecha tradicional, es una jugada maestra del poder capitalista el establecimiento de un pantano ideológico en el que es aceptable cualquier melcocha política si y solo si esta no se radicaliza y atenta contra el poder establecido hegemónicamente, apuestan los imperialistas a que nuestro partido no sea capaz de percibir el peligro que entraña política e ideológicamente el accionar y postulados políticos de los centristas. 

Los intelectuales honestamente revolucionarios deben enfrentar y confrontar estas ideas políticas, es una cuestión elemental de supervivencia del socialismo a 90 millas de la potencia hegemónica, nuestro singular caso de país bajo bloqueo económico y bajo agresión mediática permanente debe percibir el rostro del restauracionismo capitalista bajo el teatral caricato centrista y combatirlo, somos una revolución en el poder pero no olvidemos que esta revolución es asediada y agredida desde el mayor centro de poder global de la historia.