Msc. Roberto Reinaldo Dávila Cabrera.
Me motiva referirme al tema la mesa redonda realizada el día 13 de enero pasado, que ha provocado múltiples opiniones y criterios por la intervención de uno de los panelistas. Otras fueron muy buenas, como la del Dr. Toledo Santander, que sin ser parte del panel, de forma muy sintética consideró la realidad cubana actual con toda la agudeza necesaria, pero sin olvidar fenómenos como la responsabilidad individual y social ante la patria, el bloqueo, la corrupción, los que se han doblegado estableciendo alianzas con el enemigo en contra de su país, la importantísima relación entre la economía y la política, para mí de manera brillante.
Como suele ocurrir, ante algunas posibles grietas en una intervención por un medio nacional de comunicación, los enemigos de la Revolución se aprovechan y tratan de montar y montan sus campañas de propaganda y desinformación, tergiversando todo lo que pueden, sin importar sus consecuencias, desde el exterior y también algunos en lo interno de la Isla.
Como viejo maestro, he podido aprender en la vida que las percepciones individuales de lo que acontece a nuestro alrededor, o incluso más lejos, no se deben generalizar y dar por sentado que es así en toda la realidad. La absolutización de tales opiniones y criterios, generalmente no resisten la prueba de la vida y de la ciencia.
El sector universitario en el país, por suerte y gracias a la acción de la dirección consciente de quienes asumieron ese rol desde su desarrollo revolucionario hasta ser lo que es hoy, han logrado que sea un derecho de todos los jóvenes cubanos, eliminando el elitismo que en algún momento estuvo presente en ese medio social.
En su propio surgimiento y desarrollo, los jóvenes universitarios de todo el país han estado siempre presentes, con responsabilidad, entrega, patriotismo, en Girón, la Crisis de Octubre, la creación de las unidades estratégicas coheteriles y otras para garantizar la defensa del país, pero también en la economía, la cultura, el barrio, la investigación y la ciencia, en la resistencia a las carencias impuestas por los enemigos de fuera y de dentro. La participación responsable en la construcción de la nueva patria, socialista, de los jóvenes de cada etapa de desarrollo de ese proceso, ha estado presente con orgullo de ser cubanos, y hoy son muchos los que fuimos jóvenes y ya peinamos canas, que pasado por esos procesos y continuamos haciéndolo, junto a los nuevos jóvenes que también lo hacen.
Es cierto que en las universidades y en otros sectores, hay jóvenes que aspiran y desean, como algunos dicen, prosperar y tener éxitos, y como no ven eso aquí, lo buscan en el exterior influidos por muchos factores, entre ellos la acción realizada por el enemigo, o por legítimos deseos de tener un futuro mejor y más rápido, sin tener que pasar los sacrificios impuestos al pueblo cubano.
Pero debo dejar claro y precisado, que esa minoría no puede en ningún caso, opacar o hacer desconocer la acción y participación de la mayoría de los jóvenes de hoy, y porqué no, los de ayer que aún estamos hoy, en el heroísmo cotidiano de hacer crecer la Patria a pesar del bloqueo, acciones enemigas, corrupción, u otros múltiples males que nos acompañan en nuestra sociedad actual.
Esa inmensa mayoría, siente mucho orgullo de ser cubanos, de ser patriotas de ayer, de hoy y de mañana, y de ser la mejor parte de este pueblo, porque considera que la realidad actual no impugna el patriotismo de los cubanos, sino que lo realza a planos muy superiores, no idealiza el éxito, la prosperidad y la aspiración de un futuro mejor al alcance del bienestar material solamente, que se busca en el exterior en vez de contribuir a alcanzarlo en el país con la participación de todos, compartiendo los éxitos, las carencias, pero nunca la derrota, la alianza con el enemigo.
Y reconocer es imprescindible el esfuerzo que desde el exterior realizan muchos patriotas que están orgullosos de ser cubanos y defienden a Cuba donde quiera que estén.
En Cuba tenemos hace mucho tiempo el sueño de construir entre todos un futuro mejor, que en muchos casos hemos podido hacer realidad gracias a los que han luchado, caído y a los que continúan luchando por alcanzarlo. No quiere esto decir que no se pueda actualizar, proponer nuevos objetivos y metas sobre nuevas bases.
Si algo tenemos que perfeccionar con urgencia, es la transmisión de la visión de todo lo que se ha hecho y hace, saber defender la obra desde sus resultados positivos, que son muchos, y no dejarnos vencer por una visión no realista de nuestro acontecer, que nos quieren imponer a través de todos los medios posibles, incluida nuestra propia realidad, que es cambiante, como cualquier otra, y donde las transformaciones económicas, políticas y sociales o culturales, imponen supuestos ideológicos que nada tienen que ver con nuestro futuro mejor para todos los cubanos.
La Revolución trajo a los cubanos no solo el rescate de su orgullo y patriotismo sino también libertad, dignidad humana, derechos, seguridad ciudadana, sentido del deber y responsabilidad patriótica y ciudadana, amor a su terruño y su familia, solidaridad, y otros muchos valores que nos caracterizan.
Respeto mucho el resultado que puede mostrar hoy el país en cuanto a la formación y preparación del personal científico y docente, que es orgullo de la nación, y que han aprendido, y enseñan a que en la ciencia y la docencia no se puede ser ingenuos, porque se paga con la vida, en algunos casos, de la nación, la nacionalidad, el orgullo nacional, el patriotismo. Hay que ser muy claros y precisos en los contenidos de los mensajes que se quieren transmitir a través de nuestros medios, para no cometer errores de los cuales nos tengamos que arrepentir, si tenemos tiempo.
Estas modestas opiniones pueden tener diversas interpretaciones, como las que han provocado que se hallan escrito, pero espero sean útiles para todos, para ayudarnos a pensar y decir mejor los criterios sobre nuestra realidad.
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