domingo, 28 de abril de 2024

Principios y requisitos de la política de cuadros del Partido Comunista de Cuba.

Por MSc. Roberto R. Dávila Cabrera.

La ciencia no puede estar al margen de la realidad, y ella es tan cambiante como los niveles de conocimiento del hombre sobre la misma. Lo que hoy es válido, mañana puede no serlo, al surgir nuevos conocimientos para abordar y explicar la realidad que nos rodea. Y siempre nuevos hechos. 

He escuchado muchas veces la afirmación de que los principios no cambian. Tesis falsa. Puede haberlos de carácter universal, que se mantienen en el tiempo, pero no todo. Sociedades desaparición y con ellas también su cultura, sus valores, sus principios. 

Veamos que dice Federico Engels al respecto: 

“los principios no son el punto de partida de la investigación, sino su resultado final, y no se aplican a la naturaleza y a la historia humana, sino que se obtienen de ellas, no es la naturaleza ni el reino del hombre los que se rigen según los principios, sino que estos son correctos en la medida en que concuerdan con la naturaleza y con la historia” 

Son diversos los principios a tener en cuenta en este tema, pero es esencial considerar el carácter clasista que tiene la política y el trabajo de cuadros, puesto que históricamente cada clase social en el poder ha situado en los cargos de dirección a los hombres que mejor responden y defienden sus intereses. Nuestra experiencia histórica particular nos ha demostrado tal verdad. Tal enfoque diferenciado requiere valorar a cada hombre no por lo que dice, sino por lo que hace, por su actuación concreta ante las necesidades y los intereses de la clase o clases sociales en el poder. 

Lenin señala con precisión: 

“...estudiar conscientemente, con el mayor cuidado posible, a los verdaderos organizadores, a los hombres con lucidez de espíritu y sagacidad práctica, a los hombres que reúnen en sí la fidelidad al socialismo con la capacidad de organizar silenciosamente el trabajo intenso, solidario y común de gran número de personas. Sólo a estos hombres después de probarlos diez veces y elevándolos de los trabajos más sencillos a los más complejos, debemos llevarlos a los puestos responsables.” 

En esta cita encontramos, tanto el enfoque clasista, como el enfoque individual y diferenciado en el proceso de selección de cuadros de dirección. 

La tesis aprobada en el Primer Congreso del PCC en 1975, refiere al respecto que la política debe basarse fundamentalmente en las características de cada cuadro y en el análisis que de ellas se realice, apreciando: 

Sus cualidades y confiabilidad política.

La capacidad de dirección y organización que demuestre.

Su grado de conciencia y de responsabilidad ante el trabajo.

El grado de dominio y conocimiento que tenga de la actividad que va a dirigir.

Estos parámetros establecidos para la selección, se fundamentan en los dos principios generales expuestos más arriba, y se concretan en cada sub-sistema del trabajo de cuadros. La tesis contiene otro grupo de principios específicos de la actividad de cuadros: 

Seguir un orden de promoción de abajo a arriba que lleve a los cuadros preferiblemente desde los niveles inferiores de dirección hacia los superiores.

Cada cuadro debe estar en el cargo más adecuado a sus características, cualidades y preparación, donde su labor puede ser más eficiente.

En cada cargo debe estar el cuadro que más capacidad y condiciones tenga para desempeñarlo.

Ningún cargo debe considerarse ocupado con carácter vitalicio. El cambio de las condiciones concretas, la elevación del nivel de los subordinados, los avances de la ciencia y la técnica o el estancamiento en el desarrollo, entre otros muchos factores, pueden poner de manifiesto la necesidad de realizar los cambios necesarios.

La tesis sobre la política de cuadros establece también varios requisitos a tener en cuenta en su aplicación, que mantienen plena vigencia, tanto en las condiciones actuales como en la perspectiva inmediata: 

Debe lograrse una adecuada combinación de los cuadros más experimentados con los más nuevos. Los cuadros jóvenes deben ser promovidos gradualmente con audacia y confianza en sus posibilidades.

Debe asegurarse la promoción de mujeres a los cargos dirigentes en igualdad de condiciones con los hombres.

Es preciso velar que los cuadros posean o alcancen, en un período definido, el nivel cultural y técnico que exige el cargo.

El Tercer Congreso del Partido en 1986, al valorar el estado de aplicación de la tesis sobre la política de cuadros, concluyó que la actividad de cuadros debía ser una tarea priorizada después de ese importante evento partidista. El Programa del PCC, aprobado en la sesión diferida del propio Congreso, señaló los objetivos siguientes a alcanzar: 

Debe lograrse que exista una adecuada composición desde el punto de vista racial en los organismos de dirección, de manera que toda la sociedad se sienta representada.

Todo cuadro es responsable de formar a los cuadros que se encuentran en su esfera de influencia, de modo tal que uno o varios puedan reemplazarlos en cualquier circunstancia y mantener la estabilidad del trabajo.

Por principio no hay cuadro insustituible. Aquel que se obstine en considerarse como tal deberá ser justamente sustituido por el daño que causa. Donde el segundo responsable no sea capaz de asumir las funciones del responsable principal, ni haya varios más formándose como futuros dirigentes políticos, laborales o sociales, no se están aplicando los principios de la política de cuadros.

Con posterioridad a esta fecha se han efectuado otros Congresos. Especialmente importantes fueron los análisis y debates previos al IV Congreso del PCC sobre la política de cuadros y su aplicación. Fueron recogidas miles de opiniones y planteamientos con enfoques muy críticos sobre los incumplimientos reiterados del contenido de este documento partidista. 

Como consecuencia de estos análisis se tomaron decisiones y acuerdos, que se han venido aplicando sistemáticamente hasta el presente, con la aprobación y aplicación del Código de Ética de los Cuadros del Estado y la aprobación de los decretos leyes 196 y 197 sobre la aplicación de la política de cuadros, no sin dificultades y deficiencias de diverso tipo, según lo visto. 

Especialmente importante fue la constitución en 1995 de la Comisión Central de Cuadros del Estado y las indicaciones de trabajo que se han dictado con posterioridad para normar los procedimientos y criterios metodológicos a aplicar en su labor hasta el nivel más bajo de dirección, tanto político como de gobierno y administrativo.

En el Partido ha sido muy importante la aprobación de las Normas para la integración, estructura, facultades y funcionamiento de las Comisiones de Cuadros, el 25 de enero de 2001. 

Entre las facultades más importantes de estas comisiones están: 

  • Decidir sobre las propuestas de movimientos de los cuadros que les corresponde aprobar o no.
  • Sugerir a los jefes y autoridades pertinentes propuestas de movimientos de cuadros que actúen en el territorio cuando se trate de compañeros que hayan cometido errores, presenten deficiencias en el trabajo, muestren falta de capacidad, tengan evaluaciones deficientes etc.
  • Velar y exigir que los propuestos para ocupar cargos reúnan los requisitos técnico – laborales y político–morales establecidos para estos.
  • Proponer señalamientos o recomendaciones a los cuadros o a las organizaciones de base del partido, consejos de dirección, direcciones de la UJC, por incumplimientos, violaciones, insuficiencias en la aplicación de la política de cuadros.
  • Hacer recomendaciones a los cuadros propuestos acerca de algún aspecto a resolver para su mejor desempeño o sobre elementos a priorizar en los cargos que van a ocupar.

Uno de los problemas fundamentales de la política y el trabajo de cuadros es el conocimiento de los cuadros dirigentes y las cualidades que los deben caracterizar, así como la formación de tales cualidades en cada uno, puesto que nadie nace con ellas y es necesario un proceso de adquisición de los valores necesarios. 

Las cualidades y valores en el cuadro no pueden ser iguales para todo momento y lugar, puesto que las complejidades del trabajo de dirección varían según las circunstancias y condiciones en que ésta se debe realizar, así como también por las características y requisitos de cada cargo o responsabilidad. 

En las condiciones de la lucha por la toma del poder, se requieren requisitos y cualidades específicas para dirigir, pero en el caso de un Partido que ya está en el ejercicio del poder, han de ser diferentes, atendiendo al tipo de objetivos y tareas que se ejecutan. Y aún en cada etapa concreta del desarrollo de la Revolución, esas cualidades y requisitos han de ser diferentes. 

En las circunstancias que vivimos hoy la defensa y desarrollo del socialismo como sistema que vamos creando sobre la marcha, en pleno combate contra todo enemigo, así como una profunda visión de las consecuencias políticas de la actividad de dirección que se realiza, es una exigencia esencial, que requiere convicciones y principios políticos e ideológicos firmes, no solo conocimientos y capacidades técnico organizativas. 

El proceso de formación de las cualidades necesarias en un cuadro, exige tiempo y esfuerzo individual del propio cuadro, y del colectivo que lo rodea, tanto sus dirigentes superiores o de igual nivel, como de sus subordinados e incluye los esfuerzos de la escuela, la familia, la comunidad, y otras instituciones y organizaciones sociales. 

Todo ello indica el costo social que implica la formación y preparación de un cuadro de dirección, por lo que su cuidado y utilización eficiente ha de ser a su vez una responsabilidad de todos en la sociedad. 

Es importante tener en cuenta que el conjunto de cualidades que se establecen en el patrón social ideal a alcanzar, no están presentes en cada cuadro. El Che defendía el criterio de que los hombres no se pueden encasillar en moldes rígidos, y que deben ser valorados en su integralidad y por los resultados concretos de su acción. 

La formación de cualidades y capacidades en cada cuadro requiere no sólo saber cuáles son, sino también como actuar para lograrlas; algunos se adquieren mediante capacitación en cursos; otros son a través del trabajo cotidiano; y algunos, incluso hay que inculcarlos, pues fallan desde la familia, la escuela, la comunidad. Pero ese trabajo de formación no puede tener un carácter espontáneo, sino consciente, planificado, según las necesidades de cada cuadro en particular y las posibilidades existentes. 

La tesis sobre política de cuadros también es explícita en cuanto a los deberes que tienen y asumen los cuadros de dirección y los derechos que se otorgan a los cuadros, en correspondencia con las responsabilidades y funciones de dirección que asumen. 

La elevación del nivel cultural y científico de la sociedad, la informatización y gobierno científico de la sociedad, el desarrollo de nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, los logros de la revolución científico-técnica que se masifican, las nuevas técnicas y procedimientos productivos, y muchos otros factores en la actualidad, imponen y requieren un tipo específico de preparación, exige contar con cuadros de esos niveles para dirigir, así como con las nuevas cualidades necesarias para ello. 

Un elemento de significativa importancia a considerar en cualquier análisis o valoración que se realice sobre esta importante labor, es que tiene un alto grado de subjetividad el seleccionar y preparar personas para dirigir, para ejercer el poder en nombre del pueblo, que es el verdadero dueño de todas las riquezas de la nación. No siempre se conoce totalmente a las personas. Ellas cambian, como cambian las circunstancias y condiciones. Hay quienes elevan a planos superiores sus compromisos con la Patria, el pueblo, la sociedad, mientras otros pierden condiciones, se aflojan, ablandan, toman el camino de la individualidad, de la obtención de riquezas o prebendas. Por ello se requiere un estricto control individual de cada cuadro y su labor, y los cuadros deben ser conscientes de ello. 

¿Han dado resultados estos principios y requisitos en su aplicación? ¿Qué asuntos reflejan deficiencias y errores con mayor frecuencia? ¿Esa política es o no necesaria? 

Al respecto debemos reflexionar antes de asumir una respuesta, que no debe ser superficial ni improvisada. 

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