lunes, 22 de abril de 2024

Mejor poco, pero mejor.


Por Alejandro Sánchez 

En cuanto al problema de mejorar nuestro aparato estatal, la Inspección Obrera y Campesina no debe, en mi opinión, esforzarse por la cantidad ni apresurarse. Hasta ahora es tan poco lo que hemos podido reflexionar y ocuparnos de la calidad de nuestro aparato estatal, que sería legítimo cuidar de que su preparación fuese especialmente seria, de concentrar en la Inspección Obrera y Campesina un material humano de características realmente modernas, es decir, que no sea inferior a los mejores modelos de Europa occidental”.

Así comienza lo que es, según dicen, el último documento de la autoría de Vladimir Ilich Lenin. En realidad son 2 artículos que se relacionan y fueron preparados por él para el XII Congreso del Partido. El primero se denomina; “Como debemos reorganizar la inspección obrero y campesina”, y el segundo, como mismo titulamos este post; “Mejor poco, pero mejor”, aunque se usan otras traducciones.
Lenin los dictó, pues no estaba ya en condiciones para escribir o valerse por sí mismo. Y, antes de que al analizar su contenido y evaluarlo para la actualidad, se malinterpreten algunos conceptos y palabras, debemos señalar que el artículo data de 1923.
Revisando la publicación de 2017 de una prestigiosa revista cubana, encontramos un análisis de este artículo de Lenin, pero haciendo énfasis en otros matices. Lo resumo:
El comisariado o comisión de Inspección Obrero y Campesina se encontraba dirigida por Iosif Stalin, entre otras responsabilidades que tenía. Lenin es crítico sobre la organización de esta comisión que en ese momento se planteaba convertir en Comisariado del Pueblo y da sus propias propuestas. Según el artículo de la susodicha revista cultural; Lenin intenta detener mediante “alianzas”, con Trotsky y otros, que Stalin se haga del poder a través de esta institución. La susodicha publicación insiste en que; el comisariado dirigido por Stalin era un desastre, repleto de burócratas y burgueses que promovieron una purga contra los viejos bolcheviques, incluidos entre ellos, por supuesto, Trotsky.
Ahora, ¿es esa crítica lo más importante del artículo de Lenin?
¿Qué tratan en esencia los dos artículos que muchos publican como uno solo?
Pues, en esencia, se trata de la opinión, y propuesta, de Lenin sobre cómo organizar un aparato estatal socialista fuerte y eficiente capaz de continuar la construcción socialista en un escenario adverso, poco ideal según los cánones marxistas.
Se trata de una propuesta sobre cómo organizar mecanismos propios de la Revolución para controlar el aparato estatal y reorganizarlo, ya que estaba funcionando, por necesidad, bajo los mismos procedimientos, e incluso estructuras, burocráticos del zarismo. Lenin propone unificar al Comisariado del Pueblo de Inspección Obrero Campesina, a la Comisión Central de Control y convertirlo en un mecanismo que no solo controle hacia abajo, sino que sea capaz de dar su opinión y servir de balance en el análisis de nuevas propuestas y políticas que se pretendan proponer desde el Comité Central.
De hecho, Lenin alaba como ejemplo a seguir al Comisariado del Pueblo de Negocios Extranjeros, una institución totalmente nueva de la Revolución bolchevique, que tenía bajo su obligación realizar las actividades de importación y exportación de lo que la planificada economía soviética necesitaba, bajo control estatal.
Lenin dedica mucho más tiempo del artículo, en lugar de supuestamente criticar a Stalin, a reorganizar esas pequeñas estructuras de controladores populares, comunistas de una conducta intachable; hablaba de 300 0 400 personas para un país como Rusia, para evitar que se establecieran mecanismos y formas de hacer burocráticas, que se lastraran o ralentizarán las medidas y leyes necesarias para hacer avanzar al país, fiscalizar que fueran ascendiendo los cuadros realmente preparados y capaces, y se resolvieran deformaciones en el camino de la sociedad socialista, especialmente los relacionados con las viejas relaciones capitalistas.
“Claro que, en nuestra República Soviética, el régimen social se basa en la colaboración de dos clases, de los obreros y los campesinos, colaboración a la que ahora se admite también, bajo ciertas condiciones, a gente de la NEP, es decir, a la burguesía. Si surgen graves divergencias de clase entre ellas, la escisión será inevitable; pero nuestro régimen social no entraña necesariamente razones que hagan inevitable esta escisión, y la misión principal de nuestro Comité Central y de la Comisión Central de Control, así como de nuestro partido en su conjunto, consiste en estar muy al tanto de las circunstancias que pueden dar motivo a una escisión y prevenirlas, porque, en resumidas cuentas, los destinos de nuestra república dependerán de que las masas campesinas marchen unidas a la clase obrera, conservando la fidelidad a la alianza con ella, o permitan a la gente de la NEP, es decir, a la nueva burguesía, apartarlas de los obreros, escindirlas de ellos. Cuanto más claro veamos estos dos desenlaces posibles, cuanto más claro lo comprendan todos nuestros obreros y campesinos, tanto mayores serán las probabilidades de poder evitar la escisión, que sería funesta para la República Soviética”.
Es bueno recalcar de este último fragmento, que Lenin solo menciona a los obreros y campesinos, como quienes deben estar claros de los riesgos que se corren de “jugar”, o convivir con otra clase social, la burguesía tolerada o "Nepman", y no los tiene en cuenta para nada en la composición del nuevo Comisariado y la Comisión Central de Control. Y si bien habla de aprender de algunos países capitalistas, aclara:
Es preciso sentar cabeza a tiempo. Hay que impregnarse de salvadora desconfianza de un movimiento de avance atropellado, de toda jactancia, etc. Es necesario preocuparse de comprobar los pasos adelante que pregonamos a cada momento, que damos cada momento y luego procuramos demostrar continuamente que no son de peso, ni serios, ni se comprenden. Lo más nocivo en este caso sería apresurarse”.
“En pocas palabras, no debemos presentar las mismas reivindicaciones que la Europa Occidental burguesa, sino las que puede presentar con dignidad y decoro un país que ha asumido la misión de desarrollarse y hacerse socialista”.
Un segundo espacio de este artículo, o el segundo escrito, como se quiera ver, fue el que realmente llamó mi atención. No recuerdo haberlo leído nunca, así que debo agradecer a la susodicha revista y al desalado artículo anti-stalinista de marras, el volverlo a tener en mis manos. Y es este fragmento el que realmente rompe con todo lo ilusorio, desesperanzador y post-marxista que haya leído en mi vida. No por gusto se trata, con mucho empeño pero pocos resultados, de manipular a Lenin.
Lenin analiza que la Revolución bolchevique se inició en el entendido, totalmente fiel al marxismo clásico, de que la revolución socialista sería posible en los países más industrializados, pues sus relaciones y conflictos de clase estaban mejor estructurados. Eso sería; Alemania, Reino Unido, Francia, e incluso Estados Unidos. Eso no fue posible, y esta ha sido la base para que muchos entiendan que es imposible construir el socialismo en condiciones aisladas, como las hizo la propia Rusia, o nosotros. Eso mismo plantea Lenin en su artículo, pero, y aquí viene lo interesante:
Sus documentos anteriores, referidos a la NEP, a la conformación del aparato estatal, incluso el denominado; “Nuestra Revolución”, dedicado a Nikolai Sújanov, son el resultado de una evaluación y un análisis prospectivo sobre la construcción del Socialismo en condiciones adversas de lo más sublime que haya podido leer, y que demuestran que en 1923, Lenin estaba mejor preparado para entender lo que aún faltaba al mundo por vivir.
“Para crear el socialismo -decís- hace falta civilización. Muy bien. ¿Y por qué no hemos de poder crear primero en nuestro país premisas de civilización como la expulsión de los terratenientes y de los capitalistas rusos y comenzar luego ya el avance hacia el socialismo? ¿En qué libros habéis leído que semejantes alteraciones del orden histórico habitual sean inadmisibles o imposibles?”
“Recuerdo que Napoleón escribió: "On s'engage et puis... on voit", lo que, traducido libremente, quiere decir: "Primero se entabla el combate serio, y ya se verá lo que pasa". Pues bien, nosotros entablamos primero, en octubre de 1917, el combate serio y luego vimos ya pormenores del decurso (desde el punto de vista de la historia universal, son, sin duda, pormenores) como la paz de Brest o la nueva política económica, etc. Y hoy no cabe ya duda de que, en lo fundamental, hemos triunfado.
Nuestros Sujánov, sin hablar ya de los socialdemócratas que están más a la derecha, no se imaginan siquiera que, en general, las revoluciones no pueden hacerse de otra manera. Nuestros pequeños burgueses europeos no ven ni en sueños que las revoluciones venideras en los países de Oriente, incomparablemente más poblados, los cuales se distinguen incomparablemente más por la diversidad de condiciones sociales, les ofrecerán, sin duda, más peculiaridades que la revolución rusa".
Fragmento de “Nuestra Revolución”. Publicado el 30 de mayo de 1923 en el núm. 117 de "Pravda". T. 45, págs. 378-382. Obras completas.
“El desenlace de la lucha depende, en última instancia, del hecho de que Rusia, la India, China, etc., constituyen la mayoría gigantesca de la población. Y precisamente esta mayoría de la población es la que se incorpora en los últimos años con inusitada rapidez a la lucha por su liberación, de modo que, en este sentido, no puede haber ni sombra de duda respecto al desenlace final de la lucha a escala mundial. En este sentido, la victoria definitiva del socialismo está plena y absolutamente asegurada”.
Fragmento de “Mejor poco, pero mejor”. Publicado el 4 de marzo de 1923 en el núm. 49 de "Pravda". T. 45, págs. 389-406. Obras completas.
Hoy Rusia, India y China, forman parte de los BRICS. Cada uno con sus particularidades, pero juntos, más conscientes o menos, están creando el nuevo Mundo Multipolar. Si después ese desarrollo es la base para la revolución socialista mundial, ya se verá.
En definitiva, el XII Congreso estuvo de acuerdo con las proposiciones de Lenin, amplió el número de miembros del Comité Central y de la Comisión Central de Control y creó un organismo unificado: la Comisión Central de Control y la Inspección Obrera y Campesina. Trotski se opuso al plan leninista de reforzar el Comité Central. El resto de la historia, algunos la conocen, otros la continúan intentando re-escribir.
Dejamos acá el link, para que lea usted mismo los artículos.

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