domingo, 28 de abril de 2024

La página del Domingo: ¿Ponerse colorado o rojo?


Por Alejandro Sánchez

Un proverbio dice que es preferible ponerse rojo una vez, que no colorado muchas. Y esto cabe para muchas facetas de la vida.
Cabe para ese prepotente que anda en un carro, puede ser un alta gama o un polaquito, pero que conduce como si él tuviera todo el derecho a la vía y los demás solo fueramos meros obstáculos. Pero, cabe también para quienes pretenden, por ejemplo, imponer un criterio a golpe de desacreditar el de otros al tiempo que se presentan como los más considerados, amantes de la unidad, o progresistas.
Para todas esas personas funciona la misma fórmula; alguien, en su momento no se puso rojo y lo puso en su lugar.
Pero esas personas que se acostumbran a ir por la vida ajenos a los derechos de otros, siempre y cuando satisfagan los propios, avanzan o se hacen avanzar, y llegan a tener en sus manos el destino de muchos otros. Y dirigen empresas, negocios privados, o ministerios sin perder de vista que ellos, y solo ellos, tienen todos los derechos.
En el mundo entero, ultimamente, se ha apreciado un despunte de proyectos o gobiernos de tendencia estatalizadora. Incluso estudios muestran encuestas con preferencia de los públicos por gobiernos más fuertes y centralizados, con líderes "totalitarios". Quizás eso explique la popularidad de presidentes como Vladimir Putin. Quizás también muestre luz sobre cierto renacer de fuerzas e ideas comunistas.
La realidad es que ante sociedades cada vez más inseguras e injustas, las personas parecen desear algo más firme que les brinde alivio, "alguien" o "algo" que los proteja del terrible libre mercado.
En Cuba se hace necesario ponerse rojo, ya. Por muchas razones, y no solo por lo que dice el proverbio, sino porque la radicalización de las posturas más revolucionarias, del Estado, del discurso, de la legalidad en Cuba, es lo único que permtiría conservar realmente la unidad alrededor de "algo concreto".
Cuando la sociedad está centrada, sabe lo que quiere, tanto desde los niveles dirigentes, como desde la base y viceversa, los prepotentes comienzan a conducir con mejor educación vial y a respetar a los demás.
Pase un buen domingo y mañana, lunes, salga a la calle con intención de no ponerse colorado nunca más. Pongase rojo, es un color más bonito.
Pd: En la imagen, protestas de agricultores alemanes enarbolando las banderas de la Alemania comunista.

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