La Página del Domingo: Deseo y Realidad.

Por Alejandro Sánchez

Los burros corren a una velocidad aproximada de 20 km/h y los caballos a la de 70 km/h aproximadamente.

Y usted se preguntará, ¿por dónde viene este?

Ah, pues bien. A eso vamos.

Usted puede coger un burro, darle alimentación digna de un semental Akhal-Teke, o Pura Sangre inglés, entrenarlo, ponerle el mejor hockey del mundo, mentalizarlo, hipnotizarlo haciéndole creer que es el mítico Pegaso, y llevarlo al Kentucky Derby, a la Copa Mundial de Dubái o a la Noche de la Copa Saudí, que el pobre animal va a correr a 20 km/h.

Igual de malo será el desempeño del mejor semental árabe, inglés o de la raza de carreras que sea, si usted lo coge para cargar sacos de arroz o papas.

A ese mismo Pura Sangre usted no le dedica todo lo que lleva, y le pone al frente (o encima), a un jinete inepto, y el animalito hará su mayor esfuerzo, quizás hasta gane, pero no es lo más probable.

Así, sucesivamente, podemos poner varios ejemplos. Incluso hasta traer a colación a los mulos. Haga la mezcla que quiera de yegua con burro, que le va a salir un animal ideal para cargar en las montañas, pero ni tan fuerte ni tan veloz como sus progenitores, y además, estéril.

A ver si así, con metáforas, logramos entender que una cosa es el deseo y otra la realidad. No pueden exigirse desempeños determinados, posturas ideológicas o morales, logros importantes en ninguna rama, cuando usted no cuenta con los cuadros, las condiciones y recursos, el personal adecuado, o no son esos los verdaderos intereses de los implicados.

Las arengas son buenas, elevan la moral, pero no resuelven los problemas objetivos. Por demás, las arengas huecas casi siempre logran el efecto contrario, ideológicamente hablando, claro.

Eso mismo aplíquelo en su casa, o a usted. Conozca sus limitantes, será más eficiente y hará menos daño.

Ah, y si alguno ve por ahí al director de mi oficina, explíquenle lo de los caballos y los burros. Yo traté en el espacio correspondiente, pero me explicaron que en ese escenario tocaba hacerme el harakiri y alabar la buena gestión de dirección.

En fin, disfrute de un buen domingo en familia. Ellos lo querrán por quien es, aun y cuando de vez en vez le critiquen no poder hacer más.