Por Alejandro Sánchez
"Maestro de todo, profesor de nada"; así decía mi abuelita. Y eso se aplicaba a quien demostraba habilidades en diversas lides, pero no era experto en nada.
El experto, por regla general, es una categoría que se da a alguien que por estudios o práctica cotidiana ha logrado experticia en algo. Da igual si es en arte culinario, analisis deportivo o geopolítico, pronóstico del clima o en relaciones amorosas.
Advertencia que esta es una categoría difícil de aplicar al cubano, pues nosotros somos expertos en todo, ¿qué duda cabe?
Aclarar que una cosa es ser bueno en algo y otra llegar a experto. Por ahí está a quien le salen espectaculares unos frijoles negros, pero llegar a una salsa rusa o deschamel, es otra historia.
Otra cosa que caractetiza al experto es la validación en la práctica de la teoria. No vaya a pasar como a ese Don Juan que se las sabe todas en cuanto a damas, pero termina la fiesta del sábado más solo que la una, pero fue "porque no estaba pa'eso".
También cuenta el nivel de eficiencia. Usted puede decir que es un animal en la plomeria y termina dejando sin agua a media cuadra. Se le agradece, pero el voluntarismo no es medidor de experticia.
Tampoco el experto es un adivino o pronosticador. Lo mismo te encuentras uno en el Latino que anuncia cada vez que el cuarto bate viene a su turno; "ahora sí la va a dar", lo cual por estadística debe ocurrir en algún momento; como otro que te explica los contras y pros de una respuesta armada iraní a Israel luego del último bombardeo.
En fin, sea bueno en la mayor cantidad posible de asuntos; sobre todo en la satisfacción a su pareja (le garantizo que eso le hara la vida más llevadera), pero no presuma mucho. Por si acaso. Y si cree que no está seguro, no diga que usted lo dijo, diga que se lo escucho a un "experto ahí". Eso siempre resulta.
Buenas tardes.
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