"Educar solo puede quien sea un evangelio vivo"
La semiótica y la filología saltan más de lo que desearan algunos cuando analizamos la vida cotidiana, y tranquilos, no me voy a poner teórico.
Por regla general, cuando alguno (al menos los de mi época), quiere realzar la imagen de alguien que aportó a su formación, sea personal o docente, usa la palabra Maestro/a. No, Profe. Y es que la primera de esas palabras entraña mucho más. No por azar se usa esa expresión para Martí, junto con la de Apostol.
Una y otra vez, el ejemplo personal como requisito y objetivo primero para educar.
Las primeras virtudes somos los padres quienes las trasladamos a los hijos, ni siquiera como acto racional. Debemos, con nuestro propio comportamiento educarlos en la fidelidad, la honradez incluso con nuestros más íntimos instintos, y la búsqueda de la felicidad, así solo sea la más chiquitica y efímera.
Son los líderes, las instituciones, quienes deben suplir esa tarea en contrucciones sociales más complejas.
¿Qué se cometen errores? Por supuesto. Nadie está exento de incurrir en ellos. Y como no quiero extenderme, otro Maestro dijo así:
"No es inteligente el que no comete errores. No hay tales personas y no puede haberlas. Un inteligente es el que comete errores que no son muy significativos y que puede y sabe corregirlos fácil y rápidamente".
Fue Vladimir Ilich Ulianov Lenin quien lo dijo. Así que algo de razón tendrá.
Tenga buen domingo. Cuide a su familia y a quienes ama.
Y felicidades a todos los educadores de Cuba, en especial a aquellos que me han enseñado; las primeras letras como mi "tía" Fe, o quienes me inculcaron ser fieles a lo que nos hace felices y plenos, como el loco del Guille, o mi viejuco Dávila.
A Fidel una mención especial.
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Sea educado. No insulte ni denigre.