lunes, 25 de septiembre de 2023

La “autosuficiencia científica” (I)


Por Msc. Roberto R. Dávila Cabrera.

Debo una explicación a mis lectores sobre el título de este trabajo y su contenido. Un amigo me envió algunos trabajos para pedirme una opinión sobre ellos, y el resultado de una primera lectura me lleva, más que a dar una opinión, a escribir lo que voy a exponer para socializar mi pensamiento.

Quien se dedica a exponer sus conocimientos y experiencias a otros, y si son de carácter histórico más, debiera de tener muy en cuenta algo expresado por José Martí hace ya muchos años, y que quiero sea el inicio de este trabajo.

De José Martí son las reflexiones siguientes:

“Filosofía sin Historia examinadora y concienzuda!. ¿Cómo hemos de llegar al conocimiento de la humanidad futura y probable sin el conocimiento exacto de la humanidad presente y la pasada?.

Esta es una humanidad que se desenvuelve y se concentr en estaciones y en fases. Lo que pasa en algo queda. Para estudiar los elementos de la sociedad de hoy es necesario estudiar en algo los residuos de las sociedades que han vivido. Con sereno juicio, con desconfiado ánimo, con lógica rectitud, con habilidad y comparación y fino escrúpulo. Analícese en la narración el carácter del que narra, y para hallar la verdad de lo narrado, quítese de ello lo que le pone la naturaleza y punto íntimo de vista especial del narrador. Dos hechos exactamente iguales en sí mismos, en las causas o en los efectos o en uno solo variado, siendo los mismos, quedan ya totalmente diferentes.

Pasión de patria, carácter de individuo, exaltaciones o modos de estilo: quítese todo esto de la Historia para que quede, y aún nos quedará algo parecido a la historia creíble y verdadera”.(1) 

Estas ideas martianas son fundamentos metodológicos para el análisis de los hechos históricos y personas, siendo en extremo cuidadosos para no trasladar nuestros criterios de valor actuales y correr el riesgo de distorsionar la realidad histórica.

Prefiero referirme a nuestro apóstol, porque nadie en su sano juicio podrá acusarlo a él de marxista, materialista, aunque sí de revolucionario verdadero, con convicciones propias, que ha legado a la humanidad y a Cuba su amplio pensamiento y su acción, base de lo asumido por la Generación del Centenario presidida por Fidel. 

Sacar y utilizar citas de una figura histórica de la altura inalcanzable de Fidel fuera de contexto, sin un enfoque totalizador, considerando el movimiento dialéctico de ese pensamiento, que no se puede tampoco separar de la acción revolucionaria, por lo menos debe ser calificado como error imperdonable, si no existen otras intenciones, como pudiera ser atacar la unidad histórica de las fuerzas revolucionarias en la Cuba de todos estos años, exponiendo juicios no demostrables, que parecen más las expresiones subjetivas de alguien que realmente no ha estudiado a fondo ese pensamiento y acción, ni los hechos a los que se hace referencia en el o los artículos que he leído.

Hay referencia a un marxismo revolucionario que a la vez presupone la de otro no revolucionario. El marxismo es uno solo, aunque se pueda hablar de acuerdo a hechos históricos, de muchas interpretaciones, malas o buenas, o de su aplicación consecuente o no de acuerdo a las circunstancias históricas de que se hable o analice.

El marxismo elaborado por sus creadores y continuadores, por su esencia siempre ha sido revolucionario, no exento de carencias, debilidades, omisiones, porque desde su nacimiento es un estudio científico sistematizado de la realidad en movimiento, en constante desarrollo y caducidad, como son los fundamentos filosóficos en que se sustenta, sin poder ser nunca una teoría acabada ni una suma de dogmas y conceptos dados de una vez y para siempre.

Tampoco existe en la historia ejemplo alguno de interpretación y aplicación teórica exenta de errores, deficiencias, con criterios y opiniones divergentes sobre ello, a no ser las que se han caracterizado por sus intentos de ser absolutos y el no reconocimiento de la diversidad de pensamiento y acción.

Fidel es muy dialéctico cuando afirma: 

“La diversidad de situaciones inevitablemente trazará infinidad de interpretaciones. Quienes hagan las interpretaciones correctas podrán llamarse revolucionarios; quienes hagan las interpretaciones verdaderas y las apliquen de manera consecuente triunfarán; quienes se equivoquen y no sean consecuentes con el pensamiento revolucionario, fracasarán, serán derrotados, incluso suplantados, porque el marxismo no es una propiedad privada que se inscriba en un registro; es una doctrina de los revolucionarios, escrita por un revolucionario, desarrollada por otros revolucionarios, para revolucionarios.”( Fidel Castro Ruz, 3 de Octubre de 1965).

La cita es utilizada en uno de los artículos, y es muy buena, de la fecha de constitución del actual Partido Comunista de Cuba, pero el asunto no es situarla en un artículo, es interpretarla adecuadamente por la esencia de su contenido y teniendo en cuenta el contexto en que se utiliza, y considero que el autor no es consecuente con esto.

Hay referencias al Partido Socialista Popular, parece que teniendo en cuenta las valoraciones emitidas por Fidel sobre la imposibilidad de que ese partido jugara el papel que correspondió al Movimiento 26 de Julio, por causas y razones que Fidel expone con precisión, unido a la labor de otras organizaciones revolucionarias de la época, que incluye la realizada por ese partido en la lucha.

Se emiten criterios que no se pueden compartir desde el punto de vista histórico sobre ese partido, calificándolo de instrumento ineficaz de vanguardia, e incluso de incapaz, términos nunca utilizados por Fidel, muy respetuoso con el accionar de esa organización, con la cual mantuvo relaciones antes del triunfo revolucionario del 59 a través de combatientes del 26 de julio que a su vez militaban en ese partido, que lucharon en la Sierra Maestra, el llano, la clandestinidad. 

Más serios que esos calificativos es la afirmación de que existió rechazo a ese Partido sobre todo por “la degeneración burocrática sufrida por la Unión Soviética y los errores de Stalin”, o por “su posición ante y con Batista”, o “por estar en contra de la lucha armada”, para llegar a la conclusión de que ”el PSP estaba inhabilitado para encabezar la conducción de una revolución socialista en Cuba”.

A partir de estas afirmaciones se generaliza para afirmar que “la nueva hornada de revolucionarios rechazaba el marxismo de origen soviético y su representante nacional”. Se habla entonces de jóvenes que buscan un socialismo cubano desde los años 20 existen en paralelo con la vinculada a las directrices comunistas salidas del Kremlin, afirmando entonces la existencia de un socialismo cubano, representado por Mella y Guiteras, y otro del movimiento comunista internacional.

Como aquí parece que se desconocen hechos, se tergiversan, o se omiten conscientemente, me siento en el deber de referirme a tales hechos, para situar en su lugar la verdad histórica.

Al abordar el papel de los partidos políticos en su evolución histórica de la sociedad, incluida la etapa burguesa de su desarrollo, primera en relación a los partidos obreros que surgen posteriormente, lo característico es que sean de propaganda sobre lo que persiguen, para ganar adeptos, seguidores.

La casi totalidad de los partidos que integran la Primera y Segunda Internacional son de tal carácter. El objetivo central es dar a conocer , difundir, propagandizar, la nueva teoría científica creada por Marx y Engels, que se diferencia ya del socialismo utópico francés de la época.

Lo nuevo en la historia, que los burgueses de antes y de ahora no perdonan, es que con la salida de Lenin a la palestra de la historia y sus luchas, crea un partido diferente a todos esos, no por sus postulados marxistas, que el asume y desarrolla, sino porque crea el instrumento político encargado de guiar la lucha revolucionaria para alcanzar en la práctica el poder por las masas populares.

El Partido creado por Lenin, aunque asume los objetivos y tareas relacionadas con la divulgación y propaganda del marxismo, es un partido de acción revolucionaria, que se plantea el derrocamiento del poder de la burguesía y el establecimiento de la llamada dictadura del proletariado, término que hoy no se quiere o no se utiliza, pero lo cierto es que se contrapone a la dictadura real de la burguesía, que ella enmascara por todas las vías posibles.

Con el triunfo de la Revolución de Octubre, en 1920 bajo la conducción de Lenin se convoca y funda la Tercera Internacional, comunista, para diferenciarla de otra que ya se había realizado y que defendía posiciones políticas reformistas.

En este evento se aprobaron las 21 condiciones necesarias para el ingreso de organizaciones revolucionarias y partidos políticos obreros revolucionarios a la organización internacional. Fue un largo proceso, porque no es proclamar que se tienen esas condiciones, sino trabajar para forjarlas y aplicarlas en la práctica de manera consecuente, Algunos partidos no las alcanzaron nunca.

Sin embargo, el primer Partido Comunista de Cuba, fundado en 1925 solicitó y fue aprobado como miembro pleno de esa organización, y ya entonces Mella era uno de sus dirigentes principales. Durante su huelga de hambre contra la dictadura de Gerardo Machado, la dirección del Partido, para tratar de protegerlo y preservarlo, le exigió que dejara la huelga, lo que no aceptó, acertadamente. Se le propuso una sanción, que debía ser aprobada por esa organización internacional, lo que no hizo, apoyando la actitud de Mella, por lo que debe dejarse bien claro en la historia política de Cuba, que Mella nunca fue sancionado por el Partido, porque nunca la propuesta se hizo efectiva, al no ser aprobada. Algunos historiadores han estudiado y apoyado, incluso escrito que Mella fue sancionado.

De lo que expongo hay pruebas documentales. Cuando se produjo el derrumbe de la URSS, al poco tiempo la documentación que se encontraba en los archivos de esa organización internacional se sometieron a venta pública. Nuestro Partido pudo adquirir esa documentación y se encuentra en el país a buen resguardo. Se creó por nuestro Partido una Comisión, encargada de estudiar todos los documentos rescatados.

Entonces lo primero que debo resaltar es que Mella, dirigente de ese Partido, no hablaba de un socialismo diferente, ni era un marxista diferente porque era miembro de esa organización que agrupaba a todos los partidos que lo solicitaron y tenían las condiciones para ello.

No es posible calificar al primer Partido Comunista de Cuba con los criterios expuestos de incapaz, ineficiente u otras valoraciones, cuando en realidad introduce en Cuba el ideal del marxismo´leninismo y lucha y trabaja para lograr su difusión y aprendizaje entre las masas de oprimidos de la nación, tanto entre obreros como de campesinos, e intelectuales Es indiscutible que como en cualquier otro partido en esa etapa, se cometieron errores en la conducción política, en la apreciación de la situación político revolucionaria en una u otra etapa.

Pero lo que si puedo afirmar sin temor a equivocarme, es que los criterios contra el Estado soviético, el Kremlin, el PCUS, tienen mucho de la propaganda anticomunista de la época, lo que se asume en etapas posteriores, después del triunfo de la revolución, en lo que se llamó micro fracción.

La afirmación de que “la nueva hornada de revolucionarios rechazaba el marxismo de origen soviético y su representante nacional”, no se atiene a nuestra realidad histórica.

Sino, que significado tiene que los jóvenes de la Generación del Centenario,guiados por Fidel, estudiaran marxismo-leninismo incluso en la prisión de Isla de Pinos y otros lugares durante la lucha contra el tirano Batista. 

¿El Manifiesto Comunista, “El Capital”, “El Estado y la Revolución”, entre otros textos, son o no clásicos del marxismo-leninismo, en manos de Fidel y los moncadistas”? ¿Es eso o no marxismo-leninismo, venga de donde venga? ¿No vino de Europa, de la ya inexistente URSS? 

En distintos países de este mundo, han existido y existen organizaciones que se auto titulan marxista-leninistas, o marxistas solamente, o leninistas y sin embargo no actúan consecuentemente como fuerzas suficientemente revolucionarias, y otras fuerzas asumen ese papel. No es nada extraordinario. Ya Lenin lo dijo antes que muchos: “No basta con auto titularse vanguardia, hay que actuar de forma tal que los demás se vean obligados a reconocer en nosotros esa condición de vanguardia”.

Pero hay muchas otras aristas de este asunto, porque el marxismo-leninismo de Fidel, de los moncadistas, de la dirección de la revolución triunfante, no se quedó en lo alcanzado en los años 50, se desarrolló durante la lucha y después del triunfo.

Fue Fidel y bajo su certera conducción el creador del potente sistema de preparación político-ideológica que constituyen las escuelas del Partido, asumiendo la experiencia histórica de la formación de los cuadros para la dirección política de la lucha revolucionaria en este mundo, al margen y de forma paralela a los sistemas educativos existentes entonces.

Hablaré en el futuro, en otros trabajos, del marxismo-leninismo de Fidel y de otros dirigentes de nuestra Revolución, pero para concluir este primer acercamiento, deseo exponer lo dicho por él al recibir el premio Lenin de la paz, sobre el marxismo-leninismo, el 19 de marzo de 1962:

“Ilumina el camino de nuestro pueblo la ciencia del marxismo-leninismo. Estudiemos, estudiemos cada vez mejor el marxismo leninismo! Entreguémonos con febril espíritu al estudio, al trabajo! !Esforcémonos por comprender cada vez más, y no solo más, sino también mejor! !Bebamos de esa ciencia y apliquemósla correctamente, que cuando se aplica correctamente las revoluciones son cada vez más firmes, son cada vez más fuertes! (2)


Bibliografia

(1) Martí, J. (). Obras Completas, t 21, pp. 76. Colección digital del Centro de 

Estudios Martianos, Segunda Edición.

(2) Castro Ruz Fidel. (1962) . Acto de entrega del Premio Lenin de la Paz. Teatro 

Chaplin, 19 de marzo de 1962. Dpto. Versiones taquigráficas del Gobierno 

Revolucionario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea educado. No insulte ni denigre.