Por Alejandro Sánchez
Regresan los aranceles de Trump mientras Estados Unidos cerró el primer semestre del año con un descenso de su producción industrial, alza en el precio de algunos productos y disminución de gastos. En resumen, indicios de recesión.
Las fechas que propuso Trump para que los países vinieran a la Casa Blanca a negociar acuerdos comerciales han sido pospuestas varias veces pero, nadie parece muy por la tarea de tomarlo en serio, al menos fuera de Europa. ¿Qué detonó la nueva pataleta del emperador?
La cumbre de los BRICS se desarrolló con más asistentes que antes y cada vez más se habla de mecanismos de pago propios, alejados del dólar. Países del “patio trasero” como Colombia y México fueron invitados, y se cerró un acuerdo de ferrocarril interoceánico con crédito chino entre Brasil y Perú, que pasará también por Bolivia y Ecuador.
Al mismo tiempo, Rusia parece no hacerle mucho caso al futuro Premio Nobel, y la guerra en Ucrania avanza inexorablemente hacia los objetivos propuestos por Moscú. Mientras, en Venezuela se abre una estación del sistema ruso Glonass y una fábrica para la producción de municiones para Kaláshnikov.
Trump ha anunciado una importante declaración sobre Rusia para el lunes, con su acostumbrada teatralidad, la cual funciona muy bien para más de un 40% del público norteamericano, ese que lo apoya, que no le importa lo que pase con los inmigrantes y que trabajará, aunque sea en los empleos que no quieren los anglosajones, para hacer “América grande otra vez”. Sí, no nos despistemos: esa es la verdadera sociedad norteamericana.
¿Qué dirá sobre Rusia? Ya ha mostrado su desagrado con el poco caso que le hace Putin y cada vez habla más de nuevos envíos de armas y de apoyo a Ucrania. Lo más probable es que pose de maestro enojado por la pelea de dos de sus pupilos, declarando que abandona sus intentos por la paz, algo que todos sabían que no tenía ninguna oportunidad de lograr, pero que vendió muy bien como slogan de campaña, y así intentará mantener su imagen de tipo fuerte.
El plan trumpiano de intentar engañar a Rusia como hicieron con la URSS para alejarla de China, no parece estar dando resultado. Quizás los esquemas de razonamiento de algunos, entre ellos los halcones yanquis, que ven en la alianza chino-rusa un simple acuerdo imperialista alejado de cualquier otra razón debieran ser revisados.
Los puntos de conflicto se mantienen latentes y la credibilidad de Occidente, al menos a los que aún les queda alguna, está cada vez más en juego con el genocidio en Palestina. Europa, por su obediencia a Estados Unidos, se está viendo ante la disyuntiva de fracturarse o replantearse sus prioridades.
Siguen los jugadores moviendo sus fichas en el tablero geoestratégico mundial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sea educado. No insulte ni denigre.