domingo, 5 de enero de 2025

A propósito del nuevo año...



Por Roberto Dávila Cabrera

Comienza enero, y en el año 2025, al que en mis tiempos juveniles nunca pensé poder llegar, y deseo iniciarlo en redes con unas referencias al pensamiento de José Martí Pérez, Héroe Nacional de Cuba e inspirador del pensamiento de Fidel y todos los miembros del Movimiento 26 de Julio, que fue fundamental para que hoy el también Apóstol de Cuba no haya sido olvidado en el tiempo.

Hurgando en sus obras completas me encontré nuevamente en el tomo 5, el prólogo y un artículo del Maestro para la obra Cuentos de hoy y de mañana, de Rafael de Castro Palomino, un caudal de ideas de plena vigencia para la sociedad de hoy.

Me referiré a ellas no en el orden en que están expuestas en los textos mencionados.

"El mundo está en tránsito violento, de un estado social a otro. En este cambio, los elementos de los pueblos se desquician y confunden; las ideas se oscurecen; se mezclan la justicia y la venganza; se exageran la acción y la reacción; hasta que luego, por la soberana potencia de la razón, que a todas las demás domina, y brota, como la aurora de la noche, de todas las tempestades de las almas, acrisolanse los confundidos elementos, disipanse las nubes del combate y van asentándose en sus causes las fuerzas originales del estado nuevo: ahora estamos, en cosas sociales, en medio del combate." 

Esto lo escribe Martí en octubre de 1883, no ha comenzado la guerra necesaria contra el colonialismo español; entonces su pensamiento se está refiriendo al movimiento de la realidad mundial, que por supuesto, no excluye la de Cuba colonial.

Y en relación con ese tema ha escrito antes en el prólogo lo siguiente:

"!Ay, que las leyes históricas no se tuercen, ni el espectáculo del apostolado, ni las querellas desgarradoras del martirio, ni los febriles ímpetus del genio!"

He aquí a Martí reconociendo la acción de leyes sociales, cuando hoy tanto en Cuba como en otros lares algunos se auto titulan "teóricos" o "científicos", y también a algunos llaman "académicos", han escrito toneladas de papel para tratar de negar su existencia y acción.

Y para que no queden dudas, ha escrito en ese propio documento, un poco antes, lo siguiente:

"...esos analizadores del cuerpo social, descubridores de leyes universales, señaladores de remedios eficaces y ciertos -aunque al principio de efecto invisible, reveladores de la naturaleza complicada de los pueblos, verdades que surgen de la marcha simultánea de sus elementos diversos, y necesidad de ajustar a ellas -para que no mueran, como feto sacado del seno materno-las reformas más urgentes; revelar, en suma, la ley ineludible, la razón triunfante, el porvenir seguro, la esterilidad de la precipitación, la reacción que acarrea la rebelión inculta, el triunfo definitivo de la calma activa,-es ser caballero de los hombres, obrero del mundo futuro, cantor del alba, y sacerdote de la Iglesia nueva".

Parece que queda bien clara su posición de que el mundo futuro ha de ser creación de todos, de obreros, cantores y de la nueva doctrina de la cual el mismo es Apóstol, en lo que llama Iglesia nueva.

El párrafo que sigue requiere de total atención en nuestros tiempos también:

"...las ideas justas, por sobre todo obstáculo y valla, llegan a logro. Será dado precipitar o estorbar su llegada; impedirla, jamás.-Una idea justa que aparece, vence. Los hombres mismos que la sacan de su cerebro, donde la fecundaron con sus dolores, y la alimentan luego que la traen a la luz, no pueden apagar sus llamas que vuelan como alas, y abrazan a quien quiere detenerlas."

Qué explicación del proceso de creación de las nuevas ideas, aunque no haga referencia a que ellas son expresión de la realidad que viven sus portadores.

Comencemos bien el nuevo año, con Martí y Fidel guiándonos en nuestra marcha hacia el futuro. 

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