jueves, 23 de enero de 2025

Como son las Cosas… Trump después.



Por Alejandro Sánchez

Ya Donald Trump tomó posesión y comenzó a adoptar algunas medidas. Muchas son continuidad de sus actos de campaña, pura propaganda y retórica, son parte de su actuar histriónico habitual. Pero, cuidado…

Calificar a Trump de loco, irracional, millonario caprichoso con comportamiento paleolítico, es igual de irracional y muestra falta de agudeza política y pensamiento estratégico, así como ausencia de una visión marxista-leninista, como lo es demonizar y singularizar en alguien o unos pocos el sesgo fascista que se va definiendo. Es imprescindible entender que el actual gobierno de Estados Unidos es la expresión de una forma de ver el mundo, de una concepción de la vida y del futuro de la humanidad. Es parte del proceso de (in)evolución de las contradicciones de un sistema que genera sus propias fuentes de extinción y ya perdió sus capacidades de regeneración. Estamos ante la Crisis Final del Capitalismo. Si no entendemos eso, no podremos descifrar que viene después.

Singularizar en Trump y este gobierno norteamericano el fascismo que renace es igual a esas películas de la CIA donde el “malo”, es solo una oveja descarriada, y no la CIA. Tan fascistas son los exponentes de MAGA, como los “comunistas de Biden y Kamala”.

Durante su primer mandato, se desarrollaron las cosas de manera muy similar a la actual; gobernó de bravata en bravata, buscando quien se doblegase a su retórica y, sobre todo, tener contenta a su base electoral.

Y ese es el primer punto a dejar claro. Las protestas de miles de personas el día de su asunción, el rechazo internacional, nuestras propias burlas y denuestos, no pueden, ni deben ocultar el hecho de que casi 80 millones de ciudadanos estadounidenses votaron por él y quedan cientos de miles que no sufragaron pero coinciden. Hay un público para Trump que aplaudirá el decreto de sustituir el nombre de Golfo de México por Golfo de América, le cambiarán el nombre en sus mapas, lo enseñarán así en las escuelas, y creerá que el mundo entero obedeció ese decreto al punto que cuando viaje a otro país o vea publicaciones donde el Golfo siga siendo “de México”, se escandalizará. 

El norteamericano medio, así como la población de muchos países, incluido un sector en Cuba, está idiotizado. No puede esperarse que razonen con lógica. Eso debemos entenderlo, y crear estrategias nacionales para revertirlo porque en ese público pescan y recogen; la desidia, el crimen, la traición y la violencia. 

Menos podemos olvidar que existen gobiernos, sectores internacionales, fajas poblacionales completas en Latinoamérica, Israel y la culta Europa que bailan al son que el nuevo ocupante de la Casa Blanca interpreta, sea por miedo, coincidencia de intereses o ignorancia política.

La disposición con que Trump comenzó este mandato (nuevas amenazas, sanciones, agresión a Cuba, etc), solo manifiesta el reconocimiento de su naturaleza como imperio en decadencia, que una parte del Estado profundo pretende evitar o retardar, y su mensaje reciente a Rusia diciendo que no les quiere hacer daño para amenazarlos con sanciones después, lo demuestra totalmente. Solo le queda rogar a Putin para conversar, así de bajo han caído. Solo el hecho de “querer hacer a América grande de nuevo”, implica discursivamente que en el presente no lo eres, que dejaste de serlo en algún momento del pasado cercano. 

Es tan evidente que ya en discursos y declaraciones que no son tan publicitadas, que no van dirigidas a la plebe, plantean que su estrategia es la obtención de energía y recursos naturales de forma barata, para ser competitivos, recuperar la autonomía y superioridad manufacturera y, en algún momento, enfrentarse a China, la cual debe desplazarlo como Primer Economía Mundial entre 2028 y 2030, según estimados del propio Fondo Monetario Internacional. 

Otro tema que debe ser aclarado; Trump no está contra el Estado Profundo; él obedece al Estado Profundo.

“En uno y otro partido se habían creado corporaciones tenaces y absorbentes, encaminadas, antes que al triunfo de los ideales políticos, al logro y goce de los empleos públicos”.(J.Martí. 26 de octubre de 1881, en “La Opinión Nacional”, de Caracas. )

“las gentes de este pueblo” porque todo era “comprar y vender los votos, ley suprema, implacable señor y cuna de todo poder” donde los “elegantes caballeros y altos potentados” se coaligaban para esa compra y venta”. (Extractos  J. Martí, Obras Completas, Tomo 9, pp. 105-106.)

Por favor, no citar más los atentados como prueba de lo contrario. Si el Estado Profundo quisiera a Trump fuera del poder, no fuera ese jovencito quien hubiera disparado en Pensilvania. Pregúntenle a J.F. Kennedy. Y aun si así fuera, las acciones del nuevo presidente demuestran a las claras cuán ligado está al Gran Capital.

Se retira del Acuerdo de París y favorecerá las perforaciones en el Ártico, lo cual beneficiará directamente a las petroleras, e indirectamente, a las automovilísticas, al Complejo Militar-Industrial, etc.

Se retira de la OMS, y no es para ahorrar dinero por concepto de financiamiento, no se engañe. Retirándose de la OMS las farmacéuticas norteamericanas o que invoquen las leyes de ese país, no tendrán que cumplir las regulaciones internacionales sobre investigaciones o medicamentos que afectan la salud humana; no tendrán que someterse al escrutinio o los controles sobre el uso y venta de determinados medicamentos, etc. ¿A quién favorece? 

Ordenó al Ejército la creación de una Cúpula de Hierro, lo cual no solo beneficia directamente a Raytheon, la 3era contratista armamentística más grande del país, sino que demuestra cuán bajo ha caído Estados Unidos. Al estar montando un escudo protector, revelan que su filosofía guerrerista empieza a reconocer que pueden ser golpeados en su propio territorio. Esos son los efectos de “Orezhnik”. 

La militarización de la Frontera Sur, esa concepción de su doctrina de Relaciones Internacionales de la “Paz por la Fuerza”; Canadá, Groenlandia, Panamá, los cárteles mexicanos de la droga y por tanto, México, no solo muestran que Estados Unidos reconoce que solo puede aspirar a dominar su entorno geográfico inmediato (lo cual de por sí es muy peligroso), sino que beneficia al Complejo Militar-Industrial y a quienes llegan a invertir sobre las ruinas que dejan sus “intervenciones”. Más Estado Profundo.

Y si lo anterior no fuera suficiente, ¿quiénes fueron invitados a su toma de posesión? Jeff Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Apple y etc.. Esos que se enriquecen con cada “click” que damos en cualquier plataforma digital. La apertura de una súpermega empresa de Inteligencia Artificial, Stargate, es el intento norteamericano de recuperar el imperio de las Nuevas Tecnologías Aplicadas. Ahora mismo, solo pueden lograrlo en los pocos frente en que se mantienen siendo potentes; el armamentístico y la mente de las personas. Y solo este tema, merecería una amplia explicación.

Estados Unidos solo tiene 3 opciones de futuro, y en todas, dejan de existir como lo que son ahora. Una vía parece ser la escogida por MAGA y American First, los grandes tanques pensantes detrás de Trump; imposición de aranceles, control de sociedades mediante la enajenación mesiánica o de supremacía, aferrarse a su espacio geográfico más cercano, raspar recursos de dónde puedan, convertirse en una máquina devoradora que le permita intentar crecer económica y militarmente lo suficiente como para ganarle a China y Rusia, mientras les pone a estas potencias todos los traspiés posibles. 

La segunda vía, era la que estaban siguiendo los demócratas, la de la enajenación “woke” y pseudo-humana liberal de las sociedades; un enfrentamiento más directo y el “crecimiento” expansivo que no lograron mantener. 

Ninguna de estas tiene final feliz para ellos. No en las actuales condiciones. ¿Por qué Trump no lo hizo en su primer mandato? Porque sencillamente las condiciones no eran las mismas. Ni Estados Unidos estaba tan destruido, ni las reservas vitales mundiales estaban tan escasas y fuera de su alcance, ni los BRICS tenían la fuerza de ahora…

Estados Unidos está ahogado por su deuda pública, por eso quiere ser la capital de las criptomonedas, pero de nada servirá si continúa siendo un capital especulativo alejado de la economía real.  No tienen industria manufacturera, y sin ella no tienen donde aplicar la Inteligencia Artificial que pretenden dominar, como no sea en las mentes de las personas y ahí entra Elon Musk. Les quedan pocos recursos en sus fronteras, como por ejemplo el gas y el petróleo de la Cuenca Pérmica que solo tiene para unos 15 años más, ¿y después qué?

Después quedaría aceptar por fuerza de la realidad la tercera opción, que es dejar de ser lo que son, olvidar la competencia y las guerras y aceptar que son un país como otro cualquiera y negociar de igual a igual con rusos y chinos, y convivir en paz. Esa última, por convicción y arrogancia no la van a aceptar, pero las tres opciones llevan a hiperinflación, devaluación de la moneda, crisis económica y destrucción nacional.

Las élites norteamericanas y mundiales que se sirven de Estados Unidos como su gendarme internacional saben lo anterior, pero su percepción arrogante los hace creer que todavía pueden revertir la situación, o ralentizarla hasta que logren “poner la bandera de Estados Unidos en Marte”, y ahí sí, soltar el infierno atómico sobre un planeta que ya no les obedece.

Según el Financial Times; “Estados Unidos pretende dividir el mundo en tres zonas de influencia: los chinos en el este de Asia, los rusos en Eurasia y los estadounidenses, con una esfera de influencia exclusiva en el hemisferio occidental, que se extiende desde Groenlandia en el Ártico hasta Chile”. Pero Estados Unidos no ha dicho eso. Este “arreglo”, lo está intentando imponer como agenda posible la prensa mainstream, esa misma que ha servido a los intereses norteamericanos desde hace mucho. Lo están sugiriendo a ver quien de sus dos enemigos directos cae.

Rusia y China saben que los acuerdos con Estados Unidos no valen nada. Al mismo tiempo que propone negociar, intenta destruirlos. Tan es así que mientras Trump asumía, Putin y Xi reforzaban sus acuerdos. Y aun así, y después de declarar a los chinos su prioridad estratégica, intentan acercarse a Beijing para aislar a Moscú. 

Pero en algo sí el Financial Times tiene razón; Estados Unidos está seguro que América Latina le pertenece. Ahora mismo saque balance, ¿cuántos países de Latinoamérica están por la labor de hacer causa común contra el gigante de las Siete Leguas?

Chile, Ecuador, Perú y Colombia (estos 3 últimos con tropas yanquis en sus territorios), Paraguay, Argentina, Guyana en la frontera con Venezuela, casi toda Centroamérica por más que Panamá patalee (su economía, al menos financieramente, depende de Estados Unidos), están dispuestos a entregarse a Trump como tributos. En la zona media; México, con una enorme dependencia económica de Estados Unidos; un Brasil indefinible y Bolivia, con una desestabilización interna que no augura nada bueno. En el “Eje del Mal”; Nicaragua, Venezuela y Cuba, con un Uruguay que a pesar de ser gobernado por el Frente Amplio, aún es una incógnita. Somos la última línea de trincheras de esta Tercera Guerra Mundial en la que se intentará defender el decadente Imperio.

No queda mucho para hacer conclusiones. 

Estados Unidos es el líder del Capitalismo mundial y hacer concesiones a un país socialista no está en sus prioridades... ¡Nunca Jamás! Llevamos 66 años en eso. No, muchos más. ¿Les suena de algo la Doctrina de la Fruta Madura? ¿"...impedir con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas.."? O; ¿..."Estados Unidos parece destinado por la Providencia para plagar de miseria..."?

Cuba, dentro de Latinoamérica, a pesar de su falta de recursos, sigue siendo un faro de Resistencia, y destruirla por las armas es, económicamente hablando, relativamente poco oneroso. Se anuncian o vislumbran muchas más medidas para asfixiarnos, ninguna que no nos hayan aplicado anteriormente. Pero piense, si están usando con nosotros el garrote, ¿por qué es? 

La entrada de Cuba en los BRICS y otros mecanismos integradores menos publicitados, deben ser interpretados como la causa por la cual ya nos dejaron por incorregibles. Precisamente, el hacer las cosas “sin prisa, pero sin pausa”, nos tiene en esta posición. No en la mejor pero sí en la más prometedora. Si nuestra Dirección Histórica se hubiera dejado llevar por la desesperación, no estaríamos haciendo el cuento y con la posibilidad de volver a levantar al país. 

Y repito, la posibilidad. No hay nada hecho aún, y es ahí donde debemos dar los pasos más acelerados; en inversiones que redunden en producción nacional, en elevar las capacidades de la empresa estatal socialista, en generar ingresos propios, en fortalecer nuestras capacidades energéticas y no solo sustituirlas por fuentes renovables, en explotar el país de hombres de ciencia que Fidel vislumbró y construyó. Tanto por la genética y biotecnología, las investigaciones aplicadas a la informática, como por otras fuentes de recursos, Cuba tiene ya un espacio en esos nuevos polos geoestratégicos y puede aumentar su influencia y ganancias en ellos. 

Al mismo tiempo, debemos seguir siendo ese país radical, con un patriotismo directamente proporcional a nuestro antimperialismo, a nuestra única opción de independencia, fortalecer el Socialismo en aras de construir el Comunismo.

Trump ni está loco, ni es un enfermo o por lo menos no quienes están tras él. Desmerecer a tu enemigo, caricaturizarlo... no lo hace menos terrible, no lo hace menos peligroso, afecta la precepción de cómo debes enfrentarlo. Entiendo que la lucha en redes lleve de todo, y haya material para un público menos preparado, y para otros mejor instruidos, pero no sin una discriminación de generadores, contenidos y públicos-meta. 

El Capitalismo es una “máquina genial de adaptación e integración de sus antagonismos”, y no han sido pocas las crisis periódicas de las cuales ha salido. De que esta sea la realmente la última al decir de Marx, depende mucho de la reacción internacional de todas las izquierdas y fuerzas progresistas, realmente progresistas, “no progres”, que hay mucha diferencia. La concientización, y hablo para comunistas, revolucionarios y antimperialistas, debe ser alta, porque después de Trump, cualquier otro que nos vendan que sea 2% menos malo, nos parecerá aceptable y la Nueva Era no terminará por nacer.

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