Por Alejandro Sánchez
La semana ha estado muy entretenida con el estreno de la obra teatral: ¿Quién filtró las conversaciones?
Lo primero que debe entenderse, cuando aprecias que el entresijo de filtraciones, comunicaciones grabadas, culpas a diestras y siniestras, con el tema Ucrania y los ya varios planes de paz, es que si el mundo entero está pendiente de eso no es casual. Es que de ello depende en gran medida el destino del mundo.
Y en definitiva, ¿quién ocasionó el pandemonium?
Como en casi todo, busque quien salió beneficiado.
¿Trump y Estados Unidos? La prensa mainstream demócrata fue quien reveló el caso y se está dando gusto despotricando del candidato a Nobel, que tiene que manejar los egos y discordias internas en su equipo de trabajo y explicar por qué se "pone fácil" cuando lo elogian y le tiran rositas.
¿Zelenski y Ucrania? El plan de Trump los dejaba bastante mal parados y cerraba la guerra de una forma que no desean muchos actores externos e internos.
Respecto a un golpe militar contra el inquilino de Bankova, que algunos comentan, y acabaría la guerra, solo decir que el núcleo fuerte del Ejército ucraniano son precisamente esos nazis que serían desnazificados. Mientras Zelenski esté por luchar no será el Ejército quien le dé un golpe de estado. Si no, quienes están locos por detener la guerra.
¿Europa? El nuevo plan y "aventura amorosa" de Estados Unidos con Rusia a sus espaldas no solo la dejaba mal parada. Significaba quedarse sin ganancia alguna, ni siquiera una parte de los activos rusos congelados, llenos de deudas, dicordias internas en la UE y OTAN y además, pagando por algo que si bien apoyaron, no fueron los ideadores.
¿Putin y Rusia? El plan fue revelado antes de llegar oficialmente al Kremlin y tener que negarse de manera oficial y tajante. En lo que se discuten otras opciones, y el gobierno ucraniano se desmorona junto con la línea de defensa de su ejército, las tropas rusas avanzan y recuerden: donde ponga un pie el soldado ruso, es nuestro.
Juzgue entonces usted.
Solo un punto breve sobre Venezuela, pues junto al tema Ucrania, no solo define el panorama geoestratégico mundial, sino que ha generado noticias, debates y chismes sobre los problemas internos en el gobierno norteamericano.
Estados Unidos necesita las riquezas venezolanas lo más intactas posibles. Si tienen que reconstruir la capacidad petrólera del país, una invasión no es rentable. Si se empantanan en otro Vietnam, la invasión no es rentable.
Eso lo saben los venezolanos, rusos y chinos que han brindado un apoyo más que diplomatico (digánselo al Gerald T. Ford que se fue a pasar las Navidades y están dislocando su aviación en República Dominicana y Puerto Rico), pero sobre todo, lo sabe el ala más pragmática y conservadora del poder en Estados Unidos, hoy. Pero eso, es tema para otro análisis.

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