Por Haydee Sánchez
Y es así: aunque el corazón ande sin remedio; aunque haya peligrosas sillas en el camino; aunque la temporada ciclónica todavía tenga 20 nuevas oportunidades para revolver la atmósfera nuestra de cada día; aunque te convoquen a parar o a cambiar; aunque se haga difícil comprender horas de silencios y que cuando busquemos en el bolsillo izquierdo de la camisa no quede romerillo con zumo para aliviarnos la garganta, es imposible no intentarlo.
Lo vemos en caravanas de linieros, en inmensos bultos de ayuda para Guantánamo desde todas partes del país, en dirigentes de varias generaciones que no duermen y hasta en el verde olivo que nos conduce cuando las situaciones son excepcionales... Por un momento, las manchas del sol se engrandecen y a la vez dejan de ser importantes cuando la luz nos da el calorcito de la mañana nueva.
He vivido en estos días, como en otras ocasiones, gracias a la humanidad y al amor de personas cercanas y no tan cercanas; porque en situaciones extremas, cada quien se muestra como es.
El naufragio se parece al capitán, pero soy de las que prefiere decir que el poeta se parece a su cantar, y de muy buena fe, porque son los sueños todavía los que tiran de nosotros.
Y porque la historia no falla.
Noviembre es el mes del Granma y sus 82 muchachos que zarparon a la lucha bajo un norte; del alzamiento en Santiago de Cuba con Frank al frente, el mes de los trabajos voluntarios que fundó el Che; es el mes de Lenin y de su Revolución grandísima que va retomando color en los últimos meses; es el mes de Fidel..... el mes en que no se falla.
Una decide si, en un momento trascendental de la vida, en un momento difícil, se pone del lado de los que luchan o del lado de los que lloran.
Haz que se parezca a ti la tempestad.
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