lunes, 26 de septiembre de 2022

Reflexiones para la construcción ideológica en la Cuba actual


MSc. Roberto R. Dávila Cabrera/ Profesor y académico cubano.

 El análisis histórico del fenómeno de las ideas y su esencia refleja distintas posiciones filosóficas en cuanto a su explicación. Fue predominante durante miles de años la concepción idealista acerca de la ideología, que interpretaba las ideas sociales como un fenómeno autónomo e independiente de las condiciones de vida de las personas y de las relaciones sociales existentes.

 Asi, el mundo real era explicado, calificado, como el resultado de la plasmación de las ideas, pensamientos, principios, y se proclamaba el carácter suprahistórico de las formas ideológicas, la perdurabilidad e inmutabilidad del derecho, la moral, la religión, etc.

 Aunque pueda parecernos un concepto acertado, la realidad demuestra que no es así y el problema mantiene su plena vigencia como punto cardinal de confrontación no sólo en los marcos de las discusiones académicas, sino también en la lucha cotidiana.

 El término ideología (del griego Ideo: concepto, idea, y logos: doctrina) fue usado por Antonio Destut de Trassy, filósofo y economista francés del siglo XVIII y XIX, en su obra "Estudio sobre la capacidad de pensar", para referirse a la doctrina sobre las ideas, su esencia, surgimiento y funcionamiento. Años más tarde agregó que la ideología es la ciencia del surgimiento y de las regularidades del pensamiento humano.

 Lo expresado no significa que exista ya una total comprensión del contenido del concepto. En Cuba también se han generado discusiones, encuentros y debates teóricos sobre el tema, que aún continúan.

 La revista “Contracorriente”, en su número 10 de Octubre-Diciembre de 1997 publicó el contenido del debate sostenido en una “Mesa Redonda”, titulada “Ideología e ideales en la Revolución Cubana”, donde un reconocido y prestigioso panel de especialistas en el tema expuso sus puntos de vista, predominantes entonces, sobre el concepto.

 Se define allí la ideología como expresión teórica y fundamentación de un determinado paradigma de actividad socio-histórica, de conducta, de los agentes sociales que lo portan, que entraña determinada cosmovisión, concepción de la sociedad, apoderamiento del pasado, del presente y del futuro, y del modo de organizar la memoria histórica y de apoderarse de la realidad.

 Se estableció también la diferencia entre ideología y pensamiento teórico, al dejar sentado que este último se transforma en ideología cuando es portado por un determinado sujeto social concreto y con ello a sus necesidades e intereses, que se refleja como conciencia axiológica, valorativa, y como apoderamiento axiológico de la realidad.

 Según ese escenario, la ideología se manifiesta en correspondencia con la existencia de distintas formas de la conciencia social, en dependencia de la diversidad en la actividad social, la esfera familiar, de género, política, jurídica, filosófica, ética, científica, el arte, la religión. O sea, no solo existe la ideología política, sino todas las formas de la conciencia social reflejan un determinado contenido ideológico.

 Así mismo, no siempre las formas ideológicas de reflejo de la realidad tienen vínculo directo inmediato con el carácter de clase de la ideología, sobre todo cuando se refieren a problemas tales como el género, la cultura, el territorio, el Estado. Pero al mismo tiempo, todos esos fenómenos pueden estar afectados y condicionados por las propias relaciones entre las clases y por tanto también reflejarlas.

 La explicación científica, materialista dialéctica, sobre la ideología, fue elaborada por Carlos Marx y Federico Engels, al descubrir la base real, las premisas materiales y fundamentos objetivos de la misma.

 “La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente, y el ser de los hombres es un proceso de vida real. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia".(1)

Esta famosa cita se traduce mejor a: “el hombre no vive como piensa, sino que piensa como vive”, y con los cambios constantes que se producen en la realidad que nos rodea, cambia también, con el tiempo, lo que cada uno piensa sobre esa realidad que vivimos. Algunos cuestionan la afirmación por considerar que el hombre, con su capacidad de pensar, puede proyectarse al futuro y puede vivir en algún momento como lo ha pensado. Y es un punto de vista válido, solo que se refieren a asuntos diferentes.

 Los fundadores del marxismo no consideraban que el sistema de conocimientos científicos elaborados por ellos fuera ideología sino una teoría científica. Fue Lenin quien introduce el concepto de ideología científica, para referirse a los aportes de ambos pensadores.

 En el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, se asume lo siguiente:

 “... la ideología es el reflejo, en la conciencia de los hombres, de las condiciones sociales objetivamente existentes y principalmente, un reflejo de las relaciones de producción imperantes y está determinada también, en gran medida, por los hábitos, tradiciones y concepciones que se trasladan de generación en generación y por la labor de divulgación e inculcación de ideas que se realizan a través de diferentes medios”.(2)

 La ideología es un fenómeno espiritual e ideal. Es secundaria respecto al ser social y está determinada por este último. La ideología es parte de la superestructura social, junto con las relaciones e instituciones que se ocupan de la labor ideológica en la sociedad, depende de la base económica, la refleja e influye sobre la misma.

 “La ideología se define operacionalmente como una categoría que recoge, por su composición, el sistema de conceptos teóricos (políticos, jurídicos, éticos, estéticos, filosóficos, religiosos, científicos) que expresan y fundamentan conscientemente los intereses y objetivos de una clase social determinada, así como las vías y procedimientos para alcanzarlos, lo que condiciona esencialmente la concepción del mundo, de la sociedad y del lugar que en ella ocupa el hombre, desarrollada por la clase social. Es un sistema clasista y partidista de convicciones, valores, opiniones y fines expresados teóricamente de forma consciente que constituyen normas de la actividad de la clase social en cuestión; es decir, su “programa” o “plataforma” en relación con el papel que le corresponde desempeñar en la sociedad.” (3)

 Algunos autores han desarrollado la concepción de la existencia de regularidades propias de la ideología, de las cuales algunas pudieran ser:

   - El ser social es determinante con respecto a las formas ideológicas.

   - Hay independencia relativa de la ideología con respecto al ser social.

   - Las distintas formas ideológicas interactúan entre sí en el proceso de la lucha ideológica.

   - Existe una continuidad en el proceso de desarrollo de las ideas y de la ideología.

   - Como consecuencia de la división de la sociedad en clases con intereses antagónicos, se desarrolla un constante proceso de lucha entre ellas.

 Cualquiera requiere de amplias explicaciones y análisis, que quizás puedan ser abordados en otra oportunidad.

 El Comandante en Jefe planteó criterios sobre el concepto ideología en distintos momentos, pero por su vigencia y actualidad recordamos el siguiente:

 “...ideología es ante todo conciencia; conciencia es actitud de lucha, dignidad, principios y moral revolucionaria. Ideología es también el arma de lucha frente a todo lo mal hecho, frente a las debilidades, los privilegios, las inmoralidades. La lucha ideológica ocupa hoy para todos los revolucionarios la primera línea de combate, la primera trinchera revolucionaria”. (4)

 Podemos agregar que la conciencia individual es una cualidad propia del ser humano. La conciencia no nace con el ser humano, dado de una vez y para siempre, sino que es un producto del proceso de desarrollo social, que no puede existir al margen de la sociedad.

 La conciencia individual es el mundo espiritual del ser humano, que se forma bajo la influencia de las condiciones de vida y trabajo, de la educación, ubicación social, rasgos individuales.

 Pero no olvidemos que el ser humano es un ser social que convive con otros de sus iguales, que tiene una práctica histórico social a través de la cual transcurre su proceso vital de vida y ello genera la conciencia social.

 La conciencia social e individual constituyen una unidad dialéctica; la conciencia social se crea, desarrolla y enriquece por el ser humano, y por otra parte, la conciencia de cada individuo, si se hace abstracción de sus rasgos específicos, es por su esencia, reflejo de la conciencia social de su tiempo. La conciencia social existe y se refleja a través de diferentes formas, en correspondencia con la multivariedad del propio mundo circundante.

 La realidad cubana actual, transcurridos ya seis años de la muerte física del líder indiscutible de la Revolución Cubana, con un proceso de sustitución de los dirigentes históricos, muestra importantes diferencias en relación con las realidades vividas en otras etapas del desarrollo del país.

 Son mayores las presiones externas, a través del bloqueo, el financiamiento a la contrarrevolución de fuera y dentro, las campañas mediáticas, la diplomacia del dólar, las amenazas a otros países e instituciones internacionales, una guerra que amenaza con cambiar el actual orden geopolítico y hasta con una conflagración, y mientras agrava las crisis de todo tipo.

 Entretanto, el Gran Capital, cuya máxima expresión de poder son los Estados Unidos de América, todavía puede conformar estados de opinión, construir discursos, tergiversar verdades, hacer que la mentira domine los medios en asuntos de su interés, especialmente en el empeño de que muchos crean que el sistema del capital es lo mejor que existe, y que el socialismo no ha logrado lo que proclama por ser un sistema imposible de alcanzar en la práctica.

 Cuba, para poder continuar existiendo como nación libre y soberana, ha tenido que adoptar medidas, que en otras circunstancias no se habrían hecho de seguro, Tales cambios han modificado sus relaciones económicas, ideológicas, políticas, sociales en general. Y por eso, es Cuba en otra realidad, no la que vivió y transformó la generación que acompañó a los Líderes Históricos.

 Aunque es cierto que los cambios se han realizado y realizan en un marco de unidad de la mayoría del pueblo en torno a su dirección revolucionaria actual, al Partido Comunista de Cuba, no pueden negarse realidades que a priori pueden incidir en las construcciones o deconstrucciones ideológicas, del ser social y de la conciencia social.

 Las formas de propiedad, y con ello los actores económicos, se han modificado, y con ello resurgen gradualmente formas ideológicas que ya habíamos superado en nuestra sociedad, como el lucro, la explotación del trabajo ajeno, el egoísmo, la falta de solidaridad humana, el incremento del enriquecimiento lícito e ilícito, el incremento gradual de la corrupción en las relaciones personales cotidianas, todo ello potenciado por el enrarecimiento de la realidad económica con fenómenos como la inflación, afectando a las personas de más bajos ingresos, que no son pocas.

 Hay un fuerte movimiento migratorio, sobre todo de jóvenes, pero también de otras edades, en lo que incide, la situación económica y aspiraciones personales insatisfechas, pero también la acción externa.

 Frente a lo anterior, hechos recientes han demostrado la persistencia de solidaridad humana, internacionalismo, abnegación y altruismo en nuestro pueblo.

 Hay compromiso político, que debe ser continuado en el tiempo, so pena de generar desconfianza y escepticismo.

 En el orden económico, a falta de recursos y más bloqueo, debe existir responsabilidad con lo que se puede hacer.

 Se necesitan respuestas y solución a múltiples problemas, y aunque existan ya marcadas diferencias sociales que la Revolución había eliminado, las circunstancias actuales exigen, entre otras muchas cosas, un incremento del ejemplo personal y de la responsabilidad por quienes lo necesitan más.

 Necesitamos, además, una labor ideológica preventiva, que se adelante a los acontecimientos negativos, haciendo ideología con la orientación y acción oportuna sobre los asuntos cotidianos, no solo con las proyecciones de los deseos y objetivos que queremos para el futuro, porque entonces, estaremos muy lejos de la realidad.

Bibliografía

(1) Marx, C. Engels, F. (1970). La ideología alemana. Barcelona: Grijalbo, p. 25-27. 

(2) Partido Comunista de Cuba (1975). Primer Congreso del PCC. Tesis y Resoluciones. Recuperado de  https://www.pcc.cu/sites/default/files/tesis-resoluciones/2020-07/sobre-la-lucha-ideologica.pdf 

(3)  Marx, C. Engels, F. (1970). La ideología alemana. Barcelona: Grijalbo.

(4) Castro, Fidel. (1980). Informe Central al II Congreso del Partido Comunista de Cuba. Recuperado de https://www.granma.cu/file/pdf/PCC/2congreso/informe-central-ii-congreso-del-pcc.pdf


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