lunes, 28 de abril de 2025

La Página del Domingo: Lo correcto.



Por Alejandro Sánchez.

Estás haciendo lo correcto”, me decía alguien en una de esas charlas que se dan usualmente entre palos de ron y filosofía barriotera. Pero no me sentía haciéndolo. A veces, hacer lo correcto no es lo que nos da satisfacción, ni lo que deseamos, y conste que no hablo de un crimen.
¿Qué es hacer lo correcto? A veces lo “políticamente correcto”, no es lo ideológicamente correcto, o lo económicamente correcto, o lo sentimentalmente correcto. Por lo general, es adecuarse a lo que debe ser y no lo que deseo ser, o hacer. Lo correcto depende de lo que otros creen que es correcto, o de lo que nosotros mismos consideramos como tal, pudiendo no coincidir las dos visiones, o contraponerse completamente.
¿Son las revoluciones actos correctos? Eso de acabar con todo y con la palma como se dice por ahí. Vivimos días rodeados de fechas revolucionarias que para algunos pudieran ser poco correctas: la proclamación socialista de la Revolución cubana, Girón; el nacimiento de Lenin…
Para algunos, Estados Unidos o quienes vinieron como mercenarios a Girón, defendían lo correcto. Mantener a Cuba en la molicie colonial, era lo correcto. Para muchos, el socialismo es in-correcto.
"Rusia no ha alcanzado tal nivel de desarrollo de las fuerzas productivas que haga posible el socialismo", citaba Lenin en su obra “Nuestra Revolución”, a quienes criticaban que se intentara la revolución en un país sin las condiciones ideales que preconizaba el marxismo. Similar cuestionamiento podría aplicarse a Cuba y el proceso guiado por Fidel. No solo Lenin y Fidel, otros han tenido que hacer cosas in-correctas para lograr las correctas.
Según la Ley de la Negación de la Negación, los estadios se van destruyendo para que surjan cosas nuevas y de mayor valor. Marx usa el ejemplo del trigo, o de una maquinaria. El primero; se siembra el grano y así se transforma en planta, o sea, se destruye su primer estado, pero surge un segundo que luego se destruirá a su vez para darnos más grano que así sucesivamente irá destruyéndose en el momento de convertirse en harina para dar de comer, o volver a ser grano para dar una nueva siembra y mitigar más hambre. El ejemplo de la máquina explica que esta no tiene que llegar a ser vieja y corroída por el óxido para ser sustituida por una más eficiente, más humana, más… lo que sea. Se destruye la máquina, pero no su función.
“El fin no justifica los medios”, dijera Fidel en 2005, en la Universidad de La Habana, pero la obra humana está llena de errores, de in-correcciones. Lo que hace correcto un proyecto; sea social, universal o personal, no son sus posibles fallos, sino el ser fiel a los principios. Hay valores que no se negocian, hay errores que no se perdonan, hay cosas que deben destruirse sino nunca avanzarán en otras más útiles o hermosas. El trigo nunca será harina, tendrás siempre el mismo puñado de granos en las manos, no más; la máquina seguirá trabajando hasta oxidarse es verdad, pero no proveerá más ni será más fácil trabajar con ella, será la misma hasta su destrucción.
Lo correcto solo será lo que se haga para mejor.
En aquella conversación, para mí quedó claro que era lo correcto. Seguir luchando.
Y para usted, ¿Qué es lo correcto?
Tenga un buen fin de semana. Se lo deseo de corazón.

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