lunes, 24 de febrero de 2025

La Página del Domingo: Guerras necesarias.



Por Alejandro Sánchez

En vísperas de la Guerra Necesaria, surgió un desacuerdo entre los generales Flor Crombet y Antonio Maceo. La causa aceptada por los historiadores fue que; habiendo propuesto Flor a Martí, una opción menos costosa de expedición a Cuba que la ideada por su superior, este se vio subordinado a una persona de menor rango. Otras versiones hablan de cuestiones de faldas, o rencillas que se remontaban a la Guerra de los Diez Años, o a sus tiempos de estancia en Panamá y Costa Rica. La realidad es que existió el conflicto y hubo un reto a duelo que quedó pospuesto.

“No somos dueños de nuestras vidas entretanto Cuba no sea libre”.
Al llegar a Cuba, Flor volvió a subordinarse al Lugarteniente General. Uno a los pocos días, y el otro al año siguiente, la causa que aplazaba su cuestión de honor les exigió la vida.
Se dice que hubo un conflicto similar entre Ignacio Agramonte y Carlos Manuel de Céspedes, zanjado de parecida manera, pero lo que sí es cierto es que el Padre de la Patria, ante la propuesta de encabezar un alzamiento armado cuando fue depuesto como presidente, dijo que la independencia de Cuba era más importante que cualquier gloria personal.
Rencillas y problemas personales existen por doquier en grandes y pequeños empeños. He vivido lo suficiente y trabajado más tiempo del que recuerdo para presenciar algunos, y haber tenido de colegas a personas que nunca merecieron mi más mínima consideración o respeto. Por supuesto, yo tampoco he sido monedita de plata para muchos.
Hace unas semanas, con motivo de dejarme la barba, le preguntaba a la “jevita” (en broma nos llamamos así), si me parecía al Che. “Sí”, me respondió, “en que eres un limón”.
Superar discordias en lo profesional y hasta en lo personal por un bien superior, es difícil. Lo usual es que un criterio negativo marque para siempre a la persona en cuestión, y de eso se sirvan muchos sí, para colmo, el individuo no es alguien especialmente carismático, agradable, un “compartidor”, o molesta su éxito o intelecto. Como dijera un amigo hace poco; “fui a una reunión y caí mal porque iba muy preparado”. El ladrón piensa según su naturaleza, y hay quienes se aprovechan de lo “puente roto” que es alguien para crearle más mala fama, o simplemente juzgarlo sin ver lo positivo, o sin querer verlo.
Por causas y convicciones que algunos no comprenden, y otros prefieren ignorar, hay personas de rara excepcionalidad sacrificando felicidades, méritos, reconocimientos, placeres, sin dejar de entregarse, dentro de sus posibilidades, a proyectos de responsabilidad, sea personal o profesional. Otros viajan ligero, están empeñados igual, pero su carga o su desandar y crecimiento no es tan escabroso. Y vuelve el ladrón a medir por su vara.
Sea en la lucha cotidiana o la del futuro compartido, quienes te dicen: “Venceremos, en cualquier circunstancia”, y lo postergan todo por la meta; dimes y diretes, dolores y enconos, son más valiosos.
¡Ay! de quien no logra o no quiere superar esos prejuicios.
Mañana es un día de Historia, un día de Patria. Aproveche y empiece la semana batallando por cosas mejores, a pesar de todo.

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