lunes, 17 de febrero de 2025

Nota sobre los imperialismos...

China aumenta a pasos agigantados su desarrollo sin demeritar su cultura milenaria. Imagen tomada de Internet

Por Roberto Dávila Cabrera

Escuché en Internet una intervención de un respetado politólogo, amigo de Cuba, además, y de Fidel, hablando sobre el imperialismo de Trump, y analizando también como probable imperialismo en desarrollo a China como potencia emergente que lo supera ya en varios frentes del desarrollo económico y tecnológico.
Fui a redes para verificar dos cosas que ya sabía: concepto histórico de imperio y su evolución, y concepto leninista de imperialismo y su evolución.
Ante todo, porque ya había leído tal tesis en otros materiales y en otros momentos, donde políticamente se atacaba a China acuñándola como imperialismo, teniendo en cuenta también que históricamente es cierto que fue un poderoso imperio en Asia.
Y he aprendido que, aunque la propaganda necesita ciencia para su realización, lo que es objeto y contenido de la labor de propaganda no es precisamente ciencia ni científico.
Y no es lo mismo el análisis y referencia a los imperios que han existido históricamente en este mundo nuestro y sus características, que hablar y analizar el fenómeno del imperialismo como fase superior y última del desarrollo del capitalismo.
En su obra sobre el tema, Lenin señala cinco rasgos o características del capitalismo en su evolución y desarrollo, y otros autores han agregado uno o dos más en la evolución del contenido del concepto. Para catalogar el desarrollo de un país como imperialismo habría que tener como fundamento metodológico de análisis tales características o rasgos, antes de hacer tal afirmación y que se pueda por lo menos valorar si ello es así o no.
No tengo como costumbre presuponer la evolución de un fenómeno en el tiempo, lo que se puede hacer. Pero la ciencia me ha enseñado también en investigar y valorar los hechos en su evolución y desarrollo en el momento en que se van produciendo. Lo demás es inferencia.
Y la China actual que vemos ante nuestros ojos, en el concepto leninista que asumo, no el que se da por las redes, y comienza con el análisis del proceso de concentración de la producción y el papel de los monopolios en el sistema del capital, la evolución del papel de los bancos, el capital y la oligarquía financiera, el proceso de exportación de capitales, el reparto territorial del mundo entre asociaciones capitalistas y entre las grandes potencias coloniales existentes, y el análisis de ese imperialismo como fase superior y última del capitalismo.
Solo pasando los ojos por la obra del pueblo chino bajo la conducción de su Partido Comunista y las estructuras de poder creadas, que transforman a la China imperial en el moderno país desarrollado que hoy supera a la primera potencia económica imperial moderna, ya dice que no se está hablando el idioma adecuado a las realidades de este mundo.
China no es una potencia colonial, no explota a naciones ni pueblos, sus relaciones son de colaboración y ayuda mutua, sus recursos financieros los utiliza, además de su propio desarrollo, en contribuir al desarrollo de los demás.
Aunque cuenta con poderosas fuerzas militares para su defensa, no ha desarrollado guerras contra otros pueblos ni ha impuesto esa fuerza con que cuenta, sus relaciones no se fundamentan en su fuerza militar ni en la imposición por la fuerza a otros pueblos y naciones, no participa en la lucha por el reparto del mundo, sino que contribuye y ayuda al desarrollo económico de ese mundo, es una sociedad en desarrollo hacia un futuro mejor para el hombre.
Su sistema político es la expresión concreta en la práctica del ejercicio del poder del pueblo, claro está con características chinas que no ha tenido que copiar de nadie.
El tema merece mayor atención no solo para China, que seguro lo hace, sino para nosotros, para no pecar de ingenuos ni dejarnos engañar por la burda propaganda y difusión de las estructuras del capital imperial capitalista en cualquiera de sus formas en la actualidad.

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