martes, 11 de noviembre de 2025

La Página del domingo: percepciones y la efectividad del método

Por Alejandro Sánchez 

No se asusten por el largo del título. Es el efecto del Chikunguya, o como se llame.

Pues resulta que comenzaron a fumigar por casa y uno de esos días, salgo tras permitir al operario hacer su trabajo y coincidimos fuera los vecinos y conversamos unos instantes.

Al mencionar que iba a recoger a las niñas al círculo y colegio, luego de varios días solo a su cargo me pareció que mis interlocutores no consideraban que estaba cumpliendo tan bien la tarea como yo me imaginaba. 

Igual, mientras teorizaba con un excelente amigo sobre si determinado país avanzaba en su construcción socialista o tan siquiera lo hacía, decidimos esperar a compartir con otro conocido, natural de esa nación para dilucidar un poco nuestros juicios.

Una amiga de estas redes me comentaba, recién ayer, cuánto le asombraba que personas con responsabilidades y supuesta preparación y conciencia revolucionaria no eran capaces de identificar cuestiones con profundas fallas teóricas, y no solo eso, incluso se veían amenazados por la crítica.

Los tres sucesos demuestran que cada quién tiene su propia percepción de la vida, cada quién cree tener la verdad, pero no es así desgraciadamente. 

Las percepciones sobre la vida: sea la crianza infantil, la praxis revolucionaria, hasta una relación amorosa pasa por visión de vida, preparación, convicciones, incluso egos y temores. Ahora, lo que ninguno resiste es la eficacia del método. Si lograste algo bueno, lo estás haciendo más o menos bien, de lo contrario... revísese.

Hacer una revolución es cómo criar a un hijo o hija. Nadie tiene el manual exacto. Es prueba y error hasta que logras acomodar cierta línea y llega el siguiente obstáculo o problema y tienes que volver a corregir. Pero... y esto es lo más importante... partes de qué tienes que saber lo que quieres, cuál es tu destino, cuál ser humano/sociedad deseas formar. Para ser padre/madre los moldes o las categorías nos las dan nuestros padres; a mi me decían que no se criaban los hijos para uno, sino para la sociedad. Para construir el comunismo pues... bueno, primero se tiene que ser comunista.

... pues aquel día de la fumigación me despedí de los vecinos mientras comentaban lo limpias que estaban las niñas, lo saludables que se veían y de cuán bien se expresaban. Y me despedí. Como hago ahora;

Tengan buen domingo. Tengo que regresar a ser papá.

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