Por Alejandro Sánchez
La frase de Fidel que inicia este comentario debe ubicarnos en un análisis integral que no debe estar encandilado por los logros evidentes y victorias incontestables, donde las pasiones humanas se desbordan.
Por regla general, cuando los momentos de efervecencia pasan y vuelven a pesar las carencias (las cuales serán aun mayores para muchos cubanos en el Oriente), se olvidan los gestos y las buenas obras.
Quien ocupa responsabilidades y tiene autoridad cargará siempre con todas las culpas. Su trabajo no cesa, como no lo hace el de quienes tienen que velar porque esa autoridad o posición de responsabilidad sea lo menos afectada posible por el constante escrutinio, especialmente a las faltas propias.
Muy oportuno el anuncio de la traición de Gil en el momento simbólico de resistencia que se vive, pero alargar los suspensos no siempre funcionan como fórmula para mantener la efervecencia.
Por nuestra propia situación actual y nuestra alianza con Venezuela son días de definición para Cuba.
Y aunque parezca extraño, concluiremos con una lección que nos antecede, nos define hoy y nos marca un decursar:
"Estamos cercados por la mayoría de los países capitalistas; en todo el mundo se unen contra nosotros, se alian con nuestros acaparadores, quieren batirnos por la fuerza y creen que son más fuertes que nosotros. Seguimos siendo una fortaleza sitiada a la que miran los obreros de todo el mundo, pues saben que su libertad fluye desde aquí; dentro de esta fortaleza sitiada debemos actuar con severidad militar, con disciplina militar y abnegación".
Lenin. 6 de abril de 1920.
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