domingo, 23 de junio de 2024

Desvaríos: Un poco del mundo.


Por Alejandro Sánchez /  Foto: Tomada de France 24

(un espacio para hablar de cualquier cosa que no siempre tiene que ver con la realidad)

Hace muchos años, cuando comenzaba a soñar con escribir y practicaba plagiando cuánto libro me resultaba interesante, acontecía un momento crítico de la historia y para mí, hasta en lo personal; el derrumbe del campo socialista y la URSS.

Por aquel tiempo leía mucha literatura soviética y comencé a escribir una epopeya estilo Gilgamesh, en la cual el mundo rectificaba y se daba la tan ansiada Revolución Socialista Mundial. Por alguna razón, toda mi historia iniciaba en una Francia que durante los años 2024 a 2026, lograba el ascenso de un partido de izquierda cuya gestión era malograda por la OTAN y los Estados Unidos. 

En mi mente calenturienta la mayoría de los conflictos mundiales, incluida la situación en Palestina, eran solucionados por una renovada ONU en la que los protagonistas eran cubanos, rusos y ex-soviéticos, chinos, iraníes, ex-yugoslavos y gente de procedencia disímil, pero con preferencia del llamado Tercer Mundo. 

Cuando empezó todo esto de Rusia y Ucrania, en 2022, supe desde el principio que no era una guerra normal. No soy adivino. Era la deriva natural del mundo teniendo en cuenta por dónde y cómo iban las cosas.

Pensaba que el punto de inflexión o de giro se demoraría un poco, quizás entre 5 y 10 años. Solo han pasado 2 y, no sé si es impresión mía, pero todo va muy rápido. Solo algunos hechos:

Hezbollah parece estar en una "preparación artillera", al menos contra el sistema antiaéreo israelí, lo cual es muy normal si pretendieras restarle capacidad defensiva. En algún lugar leí de milicianos concentrándose en los Altos del Golán, y los hutíes de Yemen tienen en jaque a yanquis y británicos. Aun cuando no haya ningún ataque masivo o quirúrgico contra Israel para finiquitarlo por parte de una hipotética coalición árabe-iraní, ya su pérdida de prestigio y de su mayor aliado es lapidaria. 

China lanzando ayuda humanitaria en Palestina y Arabia Saudí dejando sin efecto los petrodólares, razón que hacía de la moneda norteamericana la divisa de referencia como reserva internacional.

Rusia se pasea por Asia, firmando con la República Democrática de Corea y Vietnam acuerdos de reciprocidad. Incluso esta última nación, muy influenciada por Estados Unidos desde que asumió su política del Doi Moi, ignoró las protestas yanquis.

Hasta México habla de los BRICS, lo cual no sería raro si olvidamos que ese país tiene su economía secuestrada por el TLCAN y la penetración norteamericana allí es monumental.

En cuanto a Ucrania, existen condiciones para un quiebre de las defensas ucranianas en algún punto y en cualquier momento, o una incursión en Odessa. Putin hizo un ofrecimiento de paz, pero algo en sus palabras se le ha escapado a mucha gente, quizás por la traducción. Él habló de las fronteras de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporoshie, pero no las de 1991, sino las que tenían esos territorios antes de conformarse Ucrania, y eso incluye Odessa y algo más. 

Las elecciones parlamentarias europeas en las cuales, Francia se ha robado todo el protagonismo. Media Europa está gobernada por derechas y extremas derechas, pero todo el mundo se ha horrorizado con que Marie Le Pen y Jean-Luc Mélenchon, con “Francia Insumisa”, hayan derribado a los socialdemócratas de Enmanuel Macron. 

Respecto a esto último, los amantes del futbol, sobre todo de Kyliam Mbappé y el Real Madrid, salieron a aplaudir sus "comprometidas palabras", llamando a votar en las segundas vueltas, porque “los extremos están a las puertas de tomar el poder”. (Eso de los extremos me suena de algo). El astro francés de origen africano claramente llamó a votar por la Socialdemocracia de Macron; “Estoy en contra de la división porque mis valores son el respeto y la tolerancia”. Lo único honesto que dijo fue; “la política es más importante que el partido de mañana”. Algo que también a algunos que tienen que ver con el deporte en Cuba se les ha olvidado.

Menos famosas fueron las expresiones de Marcus Thuram, (claro, es menos mediático) porque él sí, claramente, dijo que había que luchar contra RN, el partido neofascista de Marie Le Pen.

Y de nuevo, ¿Cuba que tiene que ver con todo esto?

Pues el 20 de junio, el banco ruso Novikom, que pertenece al grupo estatal ROSTEC (estatal, qué interesante), inauguró una oficina de representación en Cuba, y más o menos el mismo día, el operador de transporte multimodal Ruscon (parte del grupo de empresas Delo) anunció una nueva ruta para la entrega de mercancías desde Rusia a Cuba. 

Volviendo al inicio. Me da la impresión que todo va muy rápido y la reacción imperialista tiene que buscar una forma de parar o retardar esa bola de nieve. 

¿Los Juegos Olímpicos en Paris pueden ser el escenario para otro 11 de Septiembre? Se me ocurren otras muchas variantes, pero son muy fantasiosas.

Lo que sí es seguro es que algún hecho relevante debe acontecer antes de noviembre.

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