domingo, 23 de junio de 2024

La fuerza de la realidad (II)


Por  MSc Roberto Reinaldo Dávila Cabrera / Imagen tomada de Wikipedia.

El primer artículo sobre el tema, "La Fuerza de la Realidad", me reportó criterios varios e interesantes. 

Cuando me referí al capitalismo que restablecemos, era a las formas de gestión basadas en la propiedad privada, aprobadas en nuestra Constitución, que no es revivir ese sistema explotador, aunque es indiscutible que determinadas personas piensan distinto, como otros que quieren se tome ese camino. 

Ese es uno de los problemas ideológicos que hay que enfrentar y aclarar, educando a nuestros “emprendedores” en lo que se desea y se aprobó por la mayoría de nuestro pueblo. 

Tal es así, que en una reunión a la que asistí se analizaba el asunto del necesario control popular sobre la gestión de las mipymes en el territorio, y uno de los asistentes, dueño de una de ellas, planteó que como era un negocio basado en la propiedad privada no podía existir tal control popular. Planteamiento que, por demás, fue escuchado sin ser rebatido por ningún otro presente.

Al explicarle su error, el dueño de la Mipyme, argumentó tenía otras tareas y se retiró de la reunión, no sin antes otros asistentes retomaron mis argumentos y situaron las cosas en su lugar. 

¿Por qué el ejemplo? Demuestra muchas cosas, entre otras, que hemos aprobado legislaciones, pero no se dominan o no se comparten, que una cosa es aprobar un negocio y otra ejercer el control sobre él y sus resultados y, nuestro Estado en la base y niveles intermedios no dominan aún, al parecer, cómo hacerlo bien. 

Otro problema, muy complejo, es que los organismos de gobierno tienen la responsabilidad de aprobar ese tipo de negocio y gestión, controlar su implementación, desarrollo y resultados, pero también responder por las consecuencias, no sólo económicas de tal aprobación, sino también de las políticas e ideológicas que de ellas se derivan. Mínimo, para que el control prevenga actos de corrupción, delitos, ilegalidades o afectaciones a la sociedad. 

Se van dando atribuciones y responsabilidades a los cuadros que en los municipios tienen que gobernar, acorde a la descentralización del trabajo de dirección y el asunto no es el control de estas llamadas nuevas formas de gestión, cuando en realidad son tan viejas como el capitalismo que las engendró, sino que hay que ejercerlo sobre todo el sistema, empezando por las de carácter socialista. 

Y si se descubren casos de corrupción y desvío de recursos, no hay que asustarse por ello. Eso es lo importante porque lo que si no puede existir es impunidad. 

Considero que la magnitud de la corrupción ha llegado a niveles centrales de dirección del país, pero donde está enraizado es en la base y niveles intermedios de gestión. El asunto no solo tiene que ver con recursos malversados, desviados, apropiados indebidamente, porque existen otros tipos de corrupción que hace tanto daño como estos: 

Digamos que usted está en una fila para comprar cualquier cosa, y los que están delante cuelan cualquier cantidad de personas.

Los productos se venden al precio que determine su vendedor, sin anunciarlo en la tablilla de precios, adulterando el precio real de venta por si llega algún buen inspector, cuya honestidad sería otro tema a tratar. 

¿Cuántos ejemplos de corrupción diarios se pueden poner, desde la venta de medicinas, o productos necesarios que se compran en el extranjero, o se roban de los almacenes e instituciones estatales y se venden a precios inflados? Y lo triste es que pasa ante nuestros ojos, y lo dejamos pasar para no tener que morir de un infarto en una lucha cotidiana. La indolencia, la ineptitud, la incoherencia también son comportamientos que son corrupciones del servicio público.

Es interminable exponer las realidades que se viven, desde la falta del café mañanero, las carencias de transporte, los turnos en los hospitales, o la atención al paciente. Viví una experiencia difícil de digerir hace un año y medio al caerme y fracturarme una muñeca. Me llevaron al hospital y no había yeso, y aunque el doctor solucionó la carencia, supimos que en una casa particular cercana vendían ese material. Sucede y no siempre puedes denunciar, porque tu necesidad persiste. 

De las cosas que más duelen es el hecho de generalizarse en las instituciones de servicios a la población que los dirigentes administrativos sean ajenos a su organización. No es menos cierto que es parte de la disciplina social pero, a falta de esta, ¿Dónde está su responsabilidad como servidor público de minimizar el costo humano, de hacer más llevadera la gestión o necesidad del público? ¿De hacerlo más justo y equitativo? 

Cosas de la realidad en movimiento, de las que se hablan mucho, pero se escribe menos y a veces nada. Lo peor es que algunos parece que viven en otro planeta y para ellos estas situaciones descritas no existen, viven en una burbuja. 

Como el calificar de viejas las formas de gestión, puede no gustar a algunos, solo quiero recordar que la producción mercantil simple y la distribución que a ella corresponde, no es solo propia del capitalismo, existió siempre en otras formaciones económicas sociales, desde la antigüedad. Tampoco se puede minimizar su influencia social, pues viví su impacto en los intentos por derrocar la Revolución Sandinista. 

Y no creamos que en Cuba tales hechos están ausentes, solo que la dirección de la Revolución ha sido capaz de solucionar oportunamente sus manifestaciones. 

La producción mercantil capitalista es otro nivel de desarrollo económico social, y tiene posibilidades para desestabilizar un gobierno y un país. ¿Cuántos ejemplos se pueden poner? 

Pueden ser, y de hecho son nuevos los gestores, pero no las formas de gestión. Los que no conocieron el capitalismo porque no lo vivieron en carne propia, pueden tener una percepción idealizada diferente del asunto, pero los que la vivieron seguro que no. 

Marx, Engels, Lenin, Fidel, el Che, siempre plantearon la necesidad de investigar y estudiar la realidad, su movimiento, base para estar en condiciones de construir un nuevo sistema económico social, de llevar a la práctica la realización del experimento de construir el socialismo, a pesar de todos los esfuerzos de sus enemigos por evitarlo. 

Hace poco releí un artículo de la Dra. Olga Fernández Ríos, del Instituto de Filosofía, “La tercera actualidad del socialismo”, y decía en un fragmento: 

“En 1965 en una entrevista publicada en la revista Joven África preguntaron al Che Guevara: ¿Puede un cubano decirnos qué es Cuba realmente? Respuesta del Che: “La característica más importante de Cuba es ser un país que experimenta una revolución que está en constante movimiento y constantemente renovada (…) para nosotros el comunismo no solo no es un dogma, sino que es casi un descubrimiento”. 

Hace unos meses, en la conferencia anual del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), comentando acerca del Socialismo en Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro reconoció que se trataba de un gran experimento”. 

“Traigo ambas referencias como premisa para el análisis sobre el socialismo consciente de que, más importante que las definiciones es el movimiento real que experimenta su desarrollo y el sentido de búsqueda de una sociedad diferente que debe conjugar ante todo la eliminación de la explotación económica y la creación de nuevas relaciones entre ética y política.” 

Y al iniciar el desarrollo del tema del socialismo afirma: 

“El Socialismo es el paradigma emancipatorio del marxismo. Constituye un proyecto integral, socioeconómico, político, cultural y ético que no se limita al modo de producción que le da identidad, ya que lo trasciende y se convierte en una conciencia de ser la sociedad y lo humano. Ernesto Guevara y Fidel Castro han sintetizado esta idea muy bien cuando plantean que el Socialismo es también conciencia al referirse al fuerte componente axiológico que éste encierra”. 

En los tiempos que vivimos, con algunos que se llaman científicos y quieren proponer proyectos al margen de la realidad, he considerado traer estos ejemplos, tan nuestros, de Fidel y el Che, aunque se pudiera ampliar a lo expuesto por Marx en el Manifiesto Comunista cuando planteó desde entonces que su teoría del comunismo no era más que la exposición de los resultados del estudio de la realidad en movimiento ante nuestros propios ojos. 

Es muy importante exponer estos criterios, porque he leído mucho de acusar al marxismo-leninismo por su enfoque economicista, tanto enemigos, como “amigos”. Ello demuestra que quien lo dice y utiliza, no sabe de marxismo-leninismo, y si de manipulación, al generalizar errores que sabemos realmente existieron, pero que no se corresponden con la teoría. 

El futuro socialista es inevitable, vencerá. Yo tengo esa convicción, aunque pueda que no la vea en todo su esplendor. 

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