Por Alejandro Sánchez
Normalmente escribir las Páginas me toman parte del sábado; algunas ya vienen pensadas de antes. Pero, esta, la redacto en la fila de un cajero para extraer efectivo y desconectado, para ahorrar megas. Y no faltan temas, por el contrario, sobran.
Pero, ante la perspectiva de un viaje de trabajo a Cienfuegos, ciudad que aprecio mucho, debo tener efectivo. Es más complicada la situación fuera de La Habana con el tema cajeros y fluido eléctrico. En prever está el arte de gobernar, se dice, y cuando hay un traslado lejos de casa, así sea por pocos días, se impone una complicada estrategia de planificación doméstica.
Cuando era más joven, no me organizaba mucho. Por regla general, a tempranas edades uno no la piensa demasiado; tiene poco de que preocuparse, o cree que su asunto es el más importante. Ya mayor, con ciertas responsabilidades, es otra la idea. Con 25 años llenaba el bolso de viaje 5 minutos antes de salir con cualquier cosa. Ahora, 20 años mayor, echo hasta las jabitas de nilon para la ropa sucia o para ver que consigo para las niñas, una semana antes.
Pasa que un viaje afecta a todos y está quien te dice que veas si encuentras ajo más barato en la carretera (eso es un mito), está quien se molesta porque coincide con su presentación en la escuela de música o con el turno médico de la vieja... en fin. Poner a todos de acuerdo es casi imposible y, para colmo, siempre existe quien espera a que todo ya está cuadrado, o en camino a solucionarse para "poner una podrida".
Al final, nunca alcanza el tiempo para los encargos, las reuniones de trabajo no se dan como pensabas, y descubres al llegar al hospedaje que se te olvidó empacar el cepillo de dientes.
Y como he remarcado mucho la edad y no quiero ser mal interpretado; (no hay necesidad, pues en definitiva es un factor más que determina contextos, realidades, experiencias o fenómenos), hay temas que interesan a muchos, no importa si son viejos o jóvenes. A mí por ejemplo; me llama mucho la atención hacía dónde va Estados Unidos, nuestro aumento de relaciones con Rusia, los traspies que de pronto aparecen justo ahora y el Centrismo Reaccionario.
Pero bueno, eso es lo que a mí me interesa y cada quien pretende que su visión o su manera de vivir el problema sea la más importante. Hay criterios diversos, argumentos, aportes, que deberían ser la media pero, inexplicablemente, solo aparecen cuando no nos acomoda la decisión de otro. Quizás en algo tenga que ver ese Síndrome de Procustro en que vivimos y le aplicamos a todo, incluso al sentido común y la política, que es la ciencia del gobierno humano.
Ha sido una semana difícil, y la próxima no será muy distinta. A algunos nos asaltan debilidades, momentos de duda, a otros no les salen las cosas como pensaban o planificaron, hay circunstancias que prevalecen en apariencia inconmovibles. Y yo debo seguir intentando hacerle la vida más bonita a dos niñas en ese maremagnum de "yos", de "ellos", de "nosotros"; de "ellos contra nosotros", de "nosotros según yo", o de "ellos según nosotros".
En fin, hay mucho de que hablar pero las personas hoy tienen derecho a descansar un poco.
Tengan buen domingo. El próximo quizás les cuente como me fue por Cienfuegos.
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